Una vez renovado el contrato con Telecinco, Carmen Lomana se ha puesto manos a la obra para echar más leña al fuego, criticando a compañeros. En esta ocasión, le toca a Jorge Javier Vázquez, con el que se despacha a gusto en una entrevista con Vanitatis.
Tendra pedigrí, pero Lomana no se olvida de hacer lo que todo hijo de vecino con la mano que le da de comer: "No puedo criticar a mi cadena, pero claro que hay cosas que no me gustan de Telecinco. En la tele hay que divertir, culturizar e informar. Cuando Telecinco toma la política que toma es porque les va muy bien. Y entonces a mí también. Se está haciendo con la televisión en nuestro país. ¡Es genial!" asegura.
Pero no sólo a la cadena, también a su alma alma y director: "Vasile me parece un fuera de serie. Un hombre cultísimo, un humanista empedernido, con un don de gentes estupendo. Es un ser extraordinario. Además es un gran empresario que sabe perfectamente cómo ganar dinero. En mi opinión, TVE es por ejemplo una televisión que se debería financiarse por sí misma", remata.
Pero no todo es buen rollo y color rosa. Lomana no lleva bien que Jorge Javier Vázquez la "critique sin piedad" y le lanza un mensaje clarísimo: "Es algo increíble, pero que se descalifica por sí solo. Pretende provocarme. Nunca he sido rencorosa. Me puso verde en su columna de El Mundo y después me pidió una entrevista y se la di. Hay gente que ya le puedes dar, que nunca tiene suficiente. Es el ejemplo de la mediocridad y la envidia. Sin embargo, hay otros compañeros con los que me llevo genial. Yo soy una mujer librepensadora, tolerante y él en cambio... En el momento en que lleves la contraria eres una nazi, y eso es precisamente lo que son los nazis".
Y no solo los personajes del colorín reciben la ira de Lomana, que dispara flechas en todas direcciones. Tampoco le agrada que le echen en cara que hable de lujo en una España en crisis: "Siempre me sueltan ese panfleto, para que veas lo paleta que es España en ocasiones. Hace poco, Pilar Rahola me dijo lo mismo en La Noria, donde fui a presentar mi libro. Me atacó con eso. No midió y no se dio cuenta de que no tenía una imbécil delante. Se trataba de un ataque absurdo. Era un papel que tenía que hacer. Me desilusionó y eso que la admiro mucho, aunque estemos en las antípodas del pensamiento".