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"Los liberados sindicales contribuyen al progreso económico de la sociedad"

A imagen y semejanza de los políticos de izquierdas que últimamente dan lustre a la programación de Telecinco Cándido Méndez acudió también este sábado a La Noria para defender la necesidad de la huelga, la función de los piquetes y el honor de los liberados sindicales. No necesariamente por ese orden.

El Secretario General de UGT acudió este sábado al plató de La Noria a vender su mercancía para estimular el furor huelguista de las masas obreras, perfectamente descriptible incluso en el muy temerario grupo sociológico que forman los espectadores del programa. Después de casi una hora desgranando los motivos que han empujado a los sindicatos a plantear una huelga general, tres de cada cuatro espectadores del programa manifestaba su decisión de no sumarse a la convocatoria sindical del próximo miércoles. Al primer tapón...

Y es que el papelón que los sindicatos han representado desde que empezó la crisis es un obstáculo para su credibilidad, aumentado por la asombrosa serie de vídeos con que justifican la huelga en los que, hasta el momento, no ha aparecido ni una sola referencia al gobierno o al partido socialista, responsables de la reformas económicas y laborales contra las que dicen plantear la huelga del próximo miércoles.

Cándido Méndez encajó las críticas de los entrevistadores, comandados por una incisiva Pilar Rahola que, entre aplausos, acusó a los sindicatos de protagonizar con esta huelga una pantomima pactada previamente con el gobierno a juzgar por el contenido de los ya famosos vídeos del sindicato. El dirigente sindical reconoció que el tono de los vídeos de la UGT quizás no sea el más oportuno, pero emplazó a todos los españoles -o como dice Cándido, " a los ciudadanos del conjunto del estado"- a ver la última entrega de la serie, en que a modo de un Falcon Crest obrero, habrá un desenlace sorprendente. Sobre esto dio una pista: Chikilicuatre no es en realidad un empresario. Algunos lo habíamos ya sospechado.

El compañero Méndez aprovechó también para exaltar el compromiso social de los artistas de la zeja, a los que definió como "representantes prestigiosos del mundo de la cultura", cuyo apoyo es más valioso cuanto la inmensa mayoría de ellos "ya no necesita nada porque lo han hecho todo en la vida" y tienen su situación económica resuelta. Olvidó añadir que, al igual que los sindicalistas profesionales, ello se debe a que el resto de los "ciudadanos del estado" financiamos sus necesidades vitales con nuestros impuestos.

Respecto al peliagudo asunto de los piquetes autodenominados informativos, el mandamás de la UGT no tuvo empacho en defender su importante papel porque gracias a ellos "los trabajadores no son coaccionados por las empresas para dejar de ejercer su derecho legítimo a la huelga". A la pregunta de si no le parecía también una coacción paralizar el transporte público de las ciudades, impidiendo ejercer su derecho al trabajo a los empleados contrarios a la huelga, Méndez contestó tranquilamente que como la mitad de los trabajadores acude al curro en coche, la cosa no será para tanto. 

Pero el momento estelar ocurrió cuando D. Cándido tuvo que defender la existencia de liberados sindicales, cuyo número se negó de nuevo a facilitar, afirmando que su papel es crucial, entre otros factores, "para el progreso económico de la sociedad". Afortunadamente no hubo ningún síncope entre el público presente en el plató.

Cándido Méndez, por cierto, es una persona de costumbres frugales, a pesar de que La Gaceta, medio de comunicación que según el presentador Jordi González "si hace periodismo yo soy obispo", haya destapado su costumbre de visitar algunos templos gastronómicos prohibitivos para el "ciudadano del estado" medio. Méndez también se ha enterado por los periódicos de que acude a comer a restaurantes de 60 euros el cubierto, bebida aparte. Según afirmó, ni siquiera sabe dónde están los locales que menciona el rotativo, y eso que en sus páginas aparecen declaraciones de sus propietarios y jefes de sala en las que afirman que el líder sindical es habitual de sus fogones.

Y como no era cuestión de ponerle en demasiados aprietos, los entrevistadores, salvo Alfonso Rojo, coincidieron en el papel repugnante que a su juicio está realizando el PP, uno de los culpables de la crisis según los vídeos de UGT, empeñado, dicen, en criminalizar el importantísimo papel de los sindicatos para el progreso "del conjunto del estado". "Gracias, muchas gracias", es lo único que un conmovido Cándido acertó a articular ante el reconocimiento de la gran labor que los liberados sindicales realizan en nuestro nombre. Sólo faltó el inspirado sonido de un violín y el resultado hubiera sido el previsto antes del programa: Para llorar.

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