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ESTRENO: 23 DE DICIEMBRE

Ninja Assassin: Insensato show de gore digital

Si hace unas semanas se asombraron ante el relativo pase que le proporcionamos a un producto como Blindado, esto es precisamente debido a la existencia de películas como Ninja Assassin. Mamporros y amputaciones en un film de acción que no se complica la existencia.

Si hace unas semanas se asombraron ante el relativo pase que le proporcionamos a un producto como Blindado, esto es precisamente debido a la existencia de películas como Ninja Assassin. Mamporros y amputaciones en un film de acción que no se complica la existencia.

El film amparado por los hermanos Wachowski está muy lejos del interés de la primera entrega de Matrix o de la polémica de V de Vendetta, anteriores éxitos del dúo, y se limita a ser la enésima ofrenda de mamporros y amputaciones, esta vez con ambientación oriental y sin la simpatía de la película con el furgón blindado como protagonista.

Apenas hay valores de producción que destacar en el film, que ofrece la misma impersonal e impasible puesta en escena de las nombradas más arriba, pero esta vez sin ningún aditamento argumental. El montaje corto del director James McTeigue, curtido en la segunda unidad de mil y una películas, es confuso, y la fotografía demasiado oscura, quizá para disimular las limitaciones de la producción. Pero con ello se comete un error capital en un film que depende casi exclusivamente de sus coreografías, y es que se impide al espectador que se ubique en unas escenas de acción en las que no siempre queda claro quién hace qué o por qué.

Además, mientras la modesta película protagonizada por Matt Dillon exhibía cierto músculo narrativo pese a sus convencionalismos de sobremesa, Ninja Assassin se revela tan imbécil como era de esperar, pero mucho más plomiza de lo necesario. La primera mitad del breve metraje aparece adornada por diálogos necios, personajes chatos e insulsos, y escenas que no van a ninguna parte, todo a la espera de que la acción se acelere en la segunda parte de la película.

Y cuando ésta llega es cuando aparece lo mejor de Ninja Assassin. Momentos tan malsanos como los que tienen lugar en un lavabos en Berlín –una de las escenas más borricas y sangrientas del año- o incluso el animal prólogo muestran el macarra atractivo de la propuesta en todo su esplendor, aunque Ninja Assassin nunca acaba de levantar el vuelo. Lo peor es la estética de artificial y engañoso videojuego, que impiden al invento tomar velocidad y subrayan sus carencias, empezando por el impersonal diseño de producción y acabando por el insuperable esbozo de guión que se nos presenta. Ante esto, por mucho que se disimule la mona con montajes paralelos, mona se queda: éstos estuvieron mucho mejor aprovechados en el currículum precedente de los Wachowski, incluida esa interesante extravangancia que fue Speed Racer. 

En Chic

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