Nueva comedia televisiva con Dios como protagonista

Diagonal TV, productora del grupo Endemol, y la revista El Jueves, se han unido para grabar una nueva serie de televisión basada en la tira cómica Oh, Dios mío, creada para la revista por José Luis Martín.

Angel Llacer, joven talento teatral conocido por su participación en Operación Triunfo, primero como profesor de interpretación y actualmente dirigiendo la "Academia", lugar en el que según Evaristo Mejide conviene tener todos los orificios cerrados, es el director de esta nueva serie de televisión con Dios, Jesús y la Virgen María como protagonistas.

La serie está ambientada en una nube en la que viven los tres personajes principales, y sus capítulos, de tres minutos de duración, serán una parodia de las relaciones entre Dios, "Jesusito" y la Virgen María, con la participación de Lucifer, visitante habitual de la nube para ridiculizar a sus habitantes.

Según informa la productora, y en consonancia con el tono de la tira cómica de El Jueves, Dios aparecerá como "un abuelito un poco gagá" y Jesús como un joven "extremadamente naïf", mientras que la Virgen será mostrada como una fan de los sudokus, a la sombra del marido y sin opinión propia.

Por su parte, Lucifer, personaje que "cuida su imagen (mucho más que Dios, que no se preocupa por su aspecto), tiene gustos refinados y es astuto, irónico y tiene un gran sentido del humor", será el encargado de "tomarle el pelo" a Dios en cada capítulo.

La nueva serie de TV será presentada la semana en la Feria Internacional del Sector Audiovisual de Cannes. Ya han sido grabados los primeros programas piloto en inglés y castellano, no así en catalán para disgusto de la Generalidad de José Montilla, tal vez porque lo que se pretende con este producto es que tenga la máxima difusión.

Se prevé cierta polémica cuando la comedia televisiva llegue a las pantallas dada su temática, pero en todo caso será mucho menor que si el objeto de las bromas fueran Alá y Mahoma, su profeta, terreno que nuestros creadores de progreso siguen curiosamente manteniendo a salvo de su ingenio acrisolado.