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SEIS CANDIDATURAS AL OSCAR

Precious: Panfleto lacrimógeno eficiente pero manipulador

Precious es una joven analfabeta y de color, con obesidad mórbida, violada por su padre y maltratada por su madre, embarazada, con otra hija deficiente y con SIDA. El film llega avalado con seis candidaturas al Oscar, incluyendo mejor película, y promesas de autenticidad. ¿Se sienten mejor ahora?

Precious es una joven analfabeta y de color, con obesidad mórbida, violada por su padre y maltratada por su madre, embarazada, con otra hija deficiente y con SIDA. El film llega avalado con seis candidaturas al Oscar, incluyendo mejor película, y promesas de autenticidad. ¿Se sienten mejor ahora?

Porque eso es lo que parece preguntar al público la película de Lee Daniels, una y otra vez, apelando no ya a los buenos sentimientos del personal sino a la conciencia culpable del espectador. Precious propone un viaje auténtico a la desgracia de su joven protagonista, carne de cañón de Harlem, para a continuación pasarnos la mano por el lomo y meternos de lleno en una trama de superación personal convencional hasta la médula, y adornada con las presencias de Mariah Carey y Lenny Kravitz, por aquello suavizar el tema.

En efecto, el film independiente del año parece confeccionado desde su comienzo para satisfacer el cupo anual de cine alternativo, pero a la vez inserto a la perfección dentro del nicho reservado por la industria para este tipo de productos. Es decir, una cinta capaz de acaparar los flashes de la alfombra roja de turno pero que dice afearlos, todo ello mientras la conciencia de una audiencia acomplejada que se presume madura y comprometida, esa misma que hace muecas de asco ante Star Trek, ignora un drama verdadero como La carretera -por ser ciencia ficción-, y alucina embelesada con Los lunes al sol. Daniels alterna vomitonas de pollo frito, peleas y violaciones, con injertos oníricos más vistos que el tebeo y que tratan de apropiarse, durante sólo hora y media, de esa conciencia blanca que pasa el rodillo sobre las minorías raciales.

A pesar de sus promesas de autenticidad, el film de Lee Daniels se desarrolla de forma convencional y acusa todos los lugares comunes del melodrama hollywoodiense. Para ello, eso sí, se sirve de unas convincentes Mo'Nique (que se inventa una villana absolutamente perfecta y temible) y Gabourey Sidibe como Precious, ambas realizando interpretaciones potentes y seguras de sí mismas, sin olvidarnos de secundarios tan sólidos como Paula Patton. Y al guión, pese a todo, cabe reconocerle una razonable garra a la hora de alternar los momentos de furia con los puramente lacrimógenos, e incluso de aportar la conveniente catarsis de final abierto, albergando, al fin y al cabo, el germen de un film ágil y entretenido.

Pero no nos engañemos: Precious quiere molar y ser alternativa con una galería de personajes que son carne de cañón, adoptando forma de himno inspirador y regañándonos por lo malos que somos . El resultado encandila moderadamente, convence sólo si nos centramos en su drama personal (fabricado con la misma máquina de escribir guiones de Hollywood, por si había alguna duda); y entretiene por lo sórdido de algunos episodios. Precious no es en absoluto una mala película, pero quizá sólo se merezca la mitad del prestigio acumulado.

En Chic

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