(Libertad Digital) Will Smith no tiene un pelo de tonto. Capaz de recaudar millones de dólares en todo el mundo estrene lo que estrene, el artista antes conocido como príncipe de Bel Air se atreve ahora con un drama en el que repite la jugada de la notable En busca de la felicidad. Mismo director, misma fecha de estreno. El protagonista de Hancock, uno de los éxitos del verano, volvió a repartir sonrisas, a dar lecciones de simpatía, y trató como siempre a la prensa, es decir, muy bien.
Siete almas es un drama dirigido por Gabriele Muccino en la que se Will Smith se distancia de papeles de comedia.”Es la primera vez que interpreto a un personaje como este. Diría que fue divertido, pero prefiero Hancock, poder interpretar ese tipo de personajes, pasar un buen rato y divertirme”. No obstante, tampoco es la primera vez que Smith se embarca en un drama, puesto que ya lo hizo en Alí o la propia En busca de la felicidad.
De todas formas, para Smith hay diferencias entre la comedia y el drama. “Este personaje, Ben Thomas en Siete almas, conlleva mucho mas trabajo, es un ambiente mas oscuro, intenso, definitivamente conlleva mucho trabajo. Es entretenido verlo una vez terminado, pero definitivamente no diría que lo prefiero”.
Para ello el actor se tuvo que rodear de pesimismo, teniendo que imbuirse del sentimiento general del film. “En mi caso siempre trata de investigación, algo surge de manera natural si continúas alimentándote a ti mismo, creo que crear un personaje es como querer engordar. Esa es tu meta. Y por eso estás constantemente comiendo comida poco saludable. Hasta que finalmente engordas. Te alimentas constantemente con las cosas con las que se alimenta tu personaje. Te alimentas de oscuridad, te alimentas de dolor, te alimentas de ideas atormentadas, escuchas música triste, continúas alimentando, alimentando tu mente, y finalmente te conviertes en eso”.
Pero el protagonista de Dos policías rebeldes tiene tiempo para bromear siempre. Preguntado acerca de si es verdad si pidió consejo a Tom Cruise para interpretar la que es su primera escena de amor, dice que “algo se perdido en la traducción de esa idea. Yo estaba de acuerdo con la escena de amor. Creo que es bastante más incómodo cuando todo el mundo te está mirando y tu estas desnudo. Es bastante raro”.
Si tiene que elegir entre comedia y drama, la elección no es fácil para Will Smith. “Creo que la comedia es más natural para mí, pero también pienso que es mucho más fácil encontrar cosas que hagan llorar a la gente. Puede que un chiste sea divertidísimo en Madrid y en Barcelona no lo entiendan. Puede ser algo de lo que en París comenten “es lo más gracioso que he oído nunca” y España digan: ¿qué?. La comedia no se traduce con tanta facilidad como el drama. Ya sabes, cuando se muere la mascota de un niño, se trata de algo triste para todo el mundo”.
Gabriele Muccino, entre dos cines
Gabriele Muccino, cineasta italiano llamado a hacer las Américas por el propio Will Smith, fue elegido por la propia estrella para dirigirle en En busca de la felicidad, un exitoso drama esternado hará un par de años. Al principio, Muccino, nacido en Roma, confiesa que fue“un poco escéptico. Ahora entiendo lo que vio en mi. Él ha visto mis películas anteriores, así que se dio cuenta de que soy capaz de retratar la naturaleza humana de una manera diferente. Y la película trata casi exclusivamente de sentimientos humanos”.
El director, que confiesa que “ha sido muy fácil” trabajar con Smith, ahonda de forma bastante afortunada en la brecha que separa el cine europeo y el americano. “El negocio del cine en Europa te permite ser muy libre, puedes reflejar tu modo de ver las cosas. En ese sentido no hay un gran proceso de marketing, se trata de un aspecto mas débil, es mas difícil vender la película. La mayor parte de las veces la gente no se entera. Aunque a continuación matiza que “a menos que seas español. Entonces tu película tiene el emblema del castellano y puedes dar a conocer tu película en Sudamérica”.
Muccino puede considerarse afortunado de haber navegado en dos de los ámbitos por autonomasia de la realización fílmica. “El sistema americano es muy inseguro, tiene muchos miedos, son viscerales. Las películas cuestan mucho dinero, así que nadie quiere correr riesgos. Por eso tienden a hacer la misma película una y otra vez. Esa es su debilidad”.
Sobre como se inserta Siete almas en este panorama, Muccino cree, sin embargo, que “hemos llevado a cabo un proyecto muy independiente y lo hemos llevado al otro sistema, con la capacidad de ofrecerlo al gran publico”.
El director romano Gabriele Muccino anticipa que Siete almas promete lágrimas y suspense a partes iguales. “Toda la película gira en torno al final. De hecho, el motivo por el que la película funciona es porque el final te hace llorar, te emociona y te hace pensar durante días en lo que has visto y experimentado”.