Alberto Núñez Feijóo se mostró ante los suyos convencido de la victoria electoral porque, asegura, su herencia le avala. En comparación con otras comunidades, Galicia es capaz de hacer frente a sus deudas o a los pagos de medicamentos. Así, el Comité Ejecutivo Nacional, presidido por Mariano Rajoy, ratificó su candidatura y éste pronunció un enérgico discurso a puerta cerrada en el que dio las claves de su gestión.
El presidente de la Xunta, consciente de que los comicios del veintiuno de octubre suponen un "plebiscito" a las reformas emprendidas también a nivel nacional, quiso tranquilizar al órgano del PP asegurando que el balance que presenta a los ciudadanos le deja datos como un déficit público del 1,6% que le permite no tener que acudir al fondo de ayuda de la administración.
Las encuestas también son positivas. Aunque con extrema cautela, más aún después de lo ocurrido en Andalucía, fuentes de la dirección nacional desvelaron a este diario que los estudios demoscópicos que se elaboraron coincidiendo con el anuncio electoral le dan mayoría absoluta al PP. Pero, se insiste tanto en Génova como en Galicia, no es momento de dormirse en los laureles. Así lo dijo el propio candidato de puertas para adentro, echando agua a los buenos augurios: "Puedo ganar por dos o perder por uno", afirmó.
En su análisis, Feijóo definió al PP como única opción a tenor de la fragmentación de la oposición. Junto a un líder del PSOE que "ni ellos mismos se creen" y un BNG también en crisis, entran en liza otras dos formaciones hoy sin representación: UPyD y Sociedad Civil y Democracia de Mario Conde.
Feijóo no estará solo en su carrera electoral. Según confirmó María Dolores de Cospedal, el presidente participará activamente en la campaña, si bien aún no está cerrado el calendario. "Vio la crisis, sentó las bases para superarla y ahora lidera la salida", resumió Rajoy este mismo sábado en Sotomayor (Pontevedra), donde centró su discurso en el candidato popular.
Para el PP, votar a Feijóo es "optar por un gobierno responsable" que "tomó decisiones que no eran fáciles pero necesarias" y que han convertido a Galicia "en una de las comunidades más solventes que tiene el país".