"El BCE solo comprará deuda si Rajoy pide ayuda bajo estrictas condiciones", dice El Mundo. Pedro J. se lo restriega por si no se ha dado por enterado. "Rajoy tiene ahora ante sí una decisión difícil: acogerse a la fórmula aprobada ayer por el BCE –con la humillación política que implica- y abaratar así el coste de la deuda, o no pedir ayuda, con el peligro de mantener desbocada la prima de riesgo". Victoria Prego le tienta con muy mala idea. "La ayuda está ahí, casi la podemos ver (...) pero para llegar a ella España tiene que pasar por duras pruebas (...) La princesa, Mariano Rajoy, tiene una endemoniada senda que recorrer si quiere obtener el premio ofrecido".
"El BCE levanta un cortafuegos", dice El País. El periódico de Prisa ni se plantea deshojar la margarita. Hay que pedir la pasta a la de ya. "Ahora le corresponde a Rajoy solicitar un segundo rescate y negociar las condiciones". Y no hay más que hablar. A Rubalcaba le pega una buen colleja para que se deje de memeces. "Harían bien los socialistas en abandonar su posición contraria al rescate. Se trata de tomar decisiones de gran trascendencia, no solo porque afecta al bienestar de los españoles, sino porque obligaría a España durante bastante más tiempo que una legislatura", dice con la ilusión de que el PSOE gane las próximas elecciones.
ABC nos cuenta lo "impresionada" que se quedó Merkel "con las medidas que está tomando Rajoy". Cómo se quedó de admirada la alemana que se lo dijo "en persona y en España. Es de agradecer". "Lo cierto es que ayer fue un buen día para la acción política de Rajoy", dice. Hermann Tertsch está disgustado con los periodistas españoles por "la chusca pregunta" a Merkel de "si le afectaba la mala imagen propia y de Alemania. Le hizo gracia. Ante tanta trivialidad, Merkel vino a decir que no tiene tiempo para enfadarse porque aquí unos descerebrados la comparen con Hitler". Qué cosas tienen estos españoles, qué pintorescos. Carlos Herrera cree que todo se lo debemos a Obama, que le dio un toque a Merkel para que no sea tan roñosa. "A la alemana no le cabía más remedio que reaccionar, ya que la administración norteamericana no es un enemigo cómodo". Así que el BCE le dijo a Rajoy: "yo pongo la pasta, pero usted tráguese los sapos (...) fíjate lo que hace posible una simple llamada del negrito".
La Razón está "€ufórica" por "el respaldo sin fisuras de Alemania". Marhuenda, muy a lo Rajoy, nos regaña. "Ayuda, que no rescate". El hombre no entiende "por qué algunos quieren llamar rescate a la ayuda que necesitamos del BCE", qué manía, oye.
Sin embargo La Gaceta lo ve todo negro y no da respiro en sus capones diarios a Rajoy. "España, condenada al rescate". "El que paga manda", deja claro. "Rajoy no descompuso la figura y se mantuvo en sus trece, dispuesto a mantener el pulso hasta donde haga falta, pero haría bien en dejarse de pulsos porque el tiempo apremia", dice como malhumorada.