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Carrillo y Paracuellos: "Que intercedan por él los que por él fueron mártires de Cristo"

Paracuellos es un lugar clave para la Iglesia. El lugar con más santos por metro cuadrado. La muerte de Carrillo vuelve a poner en valor este lugar.

Con la muerte de Santiago Carrillo ha vuelto a relucir un asunto más que espinoso en su historial, pero muy relevante para la Iglesia Católica: Paracuellos del Jarama. Este es la localidad madrileña en la que el entonces dirigente comunista habría ordenado, según los estudios, una matanza sin parangón durante la Guerra Civil. Tierra que, sin embargo, ahora es una tierra regada por la sangre de los santos, la "catedral de mártires más importante del mundo", tal y como lo definió el obispo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Plá.

De esta manera, se manifestaba el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, a través de su Twitter, cuando conoció la muerte del comunista: "una vida inmisericorde se encuentra con Dios misericordioso. RIP Carrillo, y que intercedan por él los que por él fueron mártires de Cristo".

Curiosamente han pasado 75 años desde que se produjera esta matanza que ha llevado ya a los altares a decenas de sacerdotes y laicos además de los muchos más que van por esta senda. La Iglesia española ya celebra la festividad litúrgica de la memoria por los mártires de la persecución española. Y en Paracuellos hay mucho de esa otra "memoria histórica" muchas veces olvidada.

Según los datos facilitados por el Obispado de Alcalá, al que pertenece esta localidad, murieron en el conocido paraje del Arroyo de San José miles de personas entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, una auténtica masacre.

"Es bueno no olvidar esta tragedia"

De este lugar santo ya han salido 119 beatificados. Unos por Juan Pablo II y otros por Benedicto XVI junto a otros cientos de mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX. En los archivos del obispado se afirma que entre los miles de asesinados había seminaristas y sacerdotes de al menos ocho diócesis: Madrid, Toledo, Getafe, Ciudad Rodrigo, Jaén, Lugo, Alcalá de Henares y del arzobispado castrense.

Del mismo modo también reposan en el lugar los restos de cientos de religiosos de hasta 20 órdenes distintas. Allí fueron asesinados religiosos dominicos, agustinos, capuchinos, carmelitas descalzos, claretianos, escolapios, franciscanos, hermanos de la Escuelas Cristianas, hospitalarios de San Juan de Dios, jerónimos, jesuitas, marianistas, maristas, misioneros oblatos, paúles, pasionistas, redentoristas, de los sagrados corazones de Jesús y María y salesianos. Igualmente, en estas tierras descansan cientos de laicos de movimientos como Acción Católica o la Adoración Nocturna que dieron su vida por la fe.

En la última beatificación de religiosos oblatos, de los cuales 15 murieron en Paracuellos, el enviado del Papa, el cardenal Angelo Amato, aseguró que "todos los religiosos fueron detenidos sin proceso, ni pruebas, ni posibilidad de defenderse...Por tanto, es bueno no olvidar esta tragedia y no olvidar tampoco la reacción de nuestros mártires a los gestos malvados de sus asesinos. Respondieron rezando, perdonándoles, y aceptando con fortaleza la muerte por amor a Jesús".

Un ejemplo para los jóvenes

La Iglesia no quiere olvidar a estos mártires sino que son puestos como ejemplo de entrega a Dios y por ello se les recuerda y conmemora. También los jóvenes deben saber qué paso y conocer la historia de estas personas que les precedieron en la fe.

Para ello, durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud en Madrid numerosos grupos de peregrinos que iban camino de la capital de España pasaron por Paracuellos y visitaron el cementerio de los mártires. Allí conocieron los hechos, rezaron ante las tumbas de tantos beatos y mártires y celebraron misa en recuerdo a ellos. "Los verdugos fueron olvidados, sin embargo, las víctimas inocentes son recordadas", afirmaba el cardenal Amato.

(Peregrinos escuchan a un historiador en el cementerio de los mártires)

La otra memoria histórica

La persecución religiosa en España todavía tiene testigos vivos por lo que no hay que remontarse siglos atrás para hablar de las barbaries que es capaz de hacer el ser humano. Se cuentan en más de 10.000 los mártires durante la Guerra Civil en el que un porcentaje muy importante del clero fue asesinado.

En este tiempo ejecutaron a doce obispos, entre ellos el de Barcelona. Todos menos uno murieron al inicio de la contienda. A esta cifra habría que sumar 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas. Los seglares que fueron asesinados a causa de su fe ascienden a 3.000.

Por poner sólo un ejemplo, el actual obispo de Barbastro, Alfonso Milián, recuerda las palabras de Juan Pablo II cuando habló de cómo todos los miembros del seminario de esta pequeña Diócesis fueron asesinados. "¡Todo un seminario mártir!", exclamó el Pontífice, ahora también beato.

Esta pequeña diócesis también tiene a su obispo mártir, monseñor Florentino Asensio, cuya muerte fue de una crueldad inimaginable. Una vez detenido y encarcelado fue trasladado el 8 de agosto de 1936 a una celda del Ayuntamiento. Fue sometido a todo tipo de vergonzantes vejaciones hasta el punto de cortarle los genitales en medio de las risas de todos los presentes. Mientras le empujaban le decían: "no tengas miedo. Si es verdad eso que predicáis, irás pronto al cielo". La respuesta de este obispo no pudo ser más clara: "Si, y allí rezaré por vosotros". Sus asesinos, poco antes de arrojarle a la fosa común, le robaron su ropa y sus zapatos y le arrancaron los dientes.

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