Este jueves el escándalo del chivatazo a ETA ha vuelto a las portadas y con varios frentes abiertos. El primero de ellos fue la exclusiva de El Mundo sobre un misterioso robo en la Audiencia Nacional con el objetivo "claro" de hacerse con material relativo al escándalo. El diario contaba que el fiscal del caso, Carlos Bautista, denunció el robo de un disco duro que incluía informaciones secretas como el resultado de dos años de pinchazos telefónicos a Enrique Pamies, exjefe superior de Policía del País Vasco.
Tras el revuelo creado por el sorprendente robo, fuentes de la Fiscalía matizaron a LD que el disco duro no contenía únicamente información sobre el soplo y descartaba que se tratara de información secreta o relevante sobre el escándalo. Contenía, añadían, datos almacenados por Bautista desde el año 1998 y no preveían daño alguno a la causa, pues habría copias de la mayor parte de los datos.
Coincidiendo con estas informaciones, el juez Pablo Ruz hizo público un auto con los procesados por el caso Faisán. Después de que la sala de lo Penal de la Audiencia rechazara su primer auto de procesamiento y tras meses de nuevas investigaciones, el juez decidía seguir el criterio del fiscal y procesar a José María Ballesteros y Enrique Pamies, pero no al director general de la Policía en el momento del soplo, Víctor García Hidalgo, lo que deja al caso sin responsables políticos.
En el texto, el juez recoge cómo fue Ballesteros quien entró en el bar, se dirigió a Joseba Elosúa y le dio el móvil a través del cual Enrique Pamies le alertó de la operación en marcha. Precisamente este jueves también ha habido una noticia relacionada con el ex jefe de Policía del País Vasco: su sustituto en el cargo, Fernando Amo, ha sido destituido por orden judicial al considerar que su titulación no se ajustaba a su puesto. La Policía ha anunciado que recurrirá la decisión.