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Rubalcaba, tocado y hundido, conduce al PSOE a la marginalidad

Ex ministros piden su dimisión en las redes sociales. Responde Óscar López: "Por supuesto que no". El debate sólo acaba de empezar.

La doble debacle del PSOE en los comicios vascos y gallegos marcarán un antes y un después en una oposición ya de por sí dividida e insostenible. No ha pasado ni un año desde que Alfredo Pérez Rubalcaba fuera elegido secretario general del PSOE en el 38º Congreso Federal de Sevilla y no son pocos los que aventuraban desde hacía semanas que los resultados de las tres citas electorales presentes y futuras -gallegas, vascas y catalanas-, provocaría que "a Alfredo le levantarán la silla antes de tiempo". Parece difícil que el actual secretario general de la formación sea capaz de celebrar su aniversario como líder del PSOE y llegar vivo políticamente al 5 de febrero.

Sobre todo habida cuenta de que este domingo hubo pocos motivos para la celebración y muchos para la reflexión. Fue la petición más escuchada entre los candidatos, dirigentes y círculos del partido. El primero fue Óscar López, secretario de organización escogido para dar la cara ante la derrota. Perfil bajo elegido por Ferraz ante las malas previsiones de media tarde. "Si el resultado es malo saldrá Elena (Valenciano); si es muy malo, saldrá Óscar", apuntaron fuentes socialistas. Finalmente un sms de la formación anunciaba que sería el número dos, quien ofreció una rueda de prensa pidiendo abrir una "reflexión" sobre la baja participación en Galicia, motivo de "honda preocupación" para el PSOE.

Su preocupación y ocupación, sin embargo, iba en la dirección de un PSOE que en Galicia "no ha conseguido perfilarse como una alternativa de Gobierno". Fuentes socialistas explicaron a este diario que los electores han preferido "opciones que pueden dar más caña en el Parlamento como Beiras", cuya formación "ha conseguido capitalizar el descontento con el PSOE" dejándole en algunas ciudades como una formación marginal.

El fracasado Pachi Vázquez no concretó los motivos de la "profunda refexión" que también verbalizó en su comparecencia ante los medios. Arropado por los suyos, algún miembro de la actual dirección como Gaspar Zarrías y Rafael Hernando, y políticos con ganas de volver como José Blanco. "Hay que estar a las duras y a las maduras", dijo Vázquez respondiendo a la pregunta de Libertad Digital sobre si dimitirá como secretario general del PSdGa y a pesar de había dicho: "asumo toda la responsabilidad de este resultado". El líder socialista gallego interpretó el fracaso como "un problema colectivo" y no "en claves personales" pero avanzó que abrirá una "profunda reflexión" en el seno de su partido que deberá tomar decisiones este lunes "con total serenidad". "Mañana tenemos la Ejecutiva nacional gallega. Decidiremos cuanto antes nos permitan estos estatutos con absoluta normalidad y responsabilidad".

Sin embargo, la reflexión que más interés despierta desde hace meses es la del otro Patxi: Patxi López. El candidato socialista que sale en todas las quinielas de la carrera sucesoria desde el 38 Congreso del PSOE en el que Rubalcaba se hizo con el liderazgo del partido gracias a su inestimable ayuda en la sombra. Su derrota se daba por descontado. Su traslado a Madrid, también. De ahí que fuera uno de los temas de preguntas en su intervención para valorar los resultados. Pero López no desveló la respuesta de su reflexión paralela. Tan sólo aseguró que la debacle "no concluye la aventura socialista en Euskadi".

Hasta ayer, se multiplicaban las voces en Ferraz en torno a la idea de que "Patxi tiene que venir a Madrid". Su derrota ha dado pie a otro runrún: la dimisión de Rubalcaba. Tocado y hundido por estos resultados, algunos comenzaron a pedirlo la noche electoral con nombre y apellidos, aunque en las redes sociales, como la ex ministra María Antonia Trujillo: "esperando que Rubalcaba anuncie su dimisión...". Más moderada fue su ex compañera de gabinete Beatriz Corredor que solicitó una "reflexión profunda, imprescindible, verdadera, valiente y responsable". También Óscar López tuvo que enfrentarse a preguntas sobre la cuestión: "¿Va a dimitir Rubalcaba?". "Por supuesto que no". Todavía nada han dicho de dimisión los máximos exponentes de su 'oposición a la oposición', Tomás Gómez y Carmén Chacón, pero tiempo al tiempo porque la cuestión ya no es personal sino colectiva. La exministra, de momento, se limitó a apuntar que son "tiempos difíciles". 

Mientras, Rubalcaba se recluyó toda la noche en su despacho de la cuarta planta de Ferraz pero no permaneció ajeno a estas voces habida cuenta de que la suya sólo fue manifestada en las mismas redes sociales. A través de twitter y facebook felicitó a los dos candidatos por "esfuerzo y magnífico trabajo".

El debate no ha hecho más que empezar a la espera de la tercera cita electoral: las catalanas -"esa va a ser otra fiesta", dicen con desesperación. Un posible paso previo a los movimientos que están por venir en torno a la carrera sucesoria que, tras estos comicios, adelantará su pistoletazo de salida. Si la tercera cita con las urnas, la catalana, es -como se espera- un auténtica hecatombe, provocada por las constantes contradicciones PSOE-PSC ante el reto independentista de Artur Mas, la permanencia de Rubalcaba en la dirección federal de Ferraz será mucho más que insostenible y callar a las voces críticas que ya exigen primarias, poco menos que imposible. El PSOE del rubalcabismo no sólo no aprovecha el desgaste del PP sino que refuerza la victoria de su oponente mientras avanza hacia cotas marginales inasumibles para uno de los dos grandes partidos nacionales de este país.

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