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Tomás Cuesta destroza a Rubalcaba, que rechazó los besos de Martín Prieto

Toda la prensa hace diagnósticos y da soluciones al enfermito PSOE y su jefe Rubalcaba.

El Mundo dice que "Rubalcaba no se plantea dimitir pese al alud de críticas internas". Que lo que va a hacer es "acelerar su calendario político" porque si ni Dios ha votado al PSOE es porque iban a paso de tortuga, leche. Ya lo dice Elena Valenciano. "Los ciudadanos exigen a los socialistas ir más deprisa". Justo. Qué tía, qué capacidad de análisis, qué pedazo de conclusión. Pedro J. sin embargo, no comparte tan sesudo planteamiento pero le compra el cuento de la velocidad. "El partido no se hunde por su falta de velocidad, sino por el rumbo elegido. Se puede ir deprisa y caminar hacia el abismo". Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino.

Lucía Méndez dice que la cosa no tiene solución. Pudiera ser que "los socialistas hayan entrado en una decadencia irreversible" y morirán sin remedio. Desde luego, lo que tiene clarito, clarito, es que "el liderazgo de Rubalcaba es un camino que conduce a la derrota" porque "nadie está interesado en escuchar lo que Rubalcaba tenga que decir. La gente lo tiene muy visto". Hala, animando.

Sobre lo ocurrido en el PP de Basagoiti, cuenta El Mundo que el muchacho está tristón "por ver cómo su sacrifico personal y el de su familia no servían" y la peña se dedica a "premiar a aquellos que intentaron asesinarle". Sí, la verdad es que debe quemar bastante. Pero en resumen, da igual si le votan o no, Rajoy le ha dado "su apoyo profundo" y eso es lo que importa.

El País no incide tanto como El Mundo en la teoría de la velocidad como casuística de los males del PSOE y se tira más por la "renovación ideológica". "El PSOE promete una renovación ideológica tras su desplome". Fenómeno. Que va a "revisar su proyecto". Genial. Todos muchos más tranquilos. Y es que Valenciano dijo "sin paños calientes que la herencia recibida" de Zapatero es lo que les está haciendo tanta pupa y que "no habrá cambio de líder". Porque Rubalcaba mola aunque "fue ministro y vicepresidente de aquel gobierno y lucha desde hace un año y medio por sacudirse el estigma" sin conseguirlo. Podría probar poniéndose pelo, cambiando de identidad, algo imaginativo, hombre.

Y mientras esto sucede en el PSOE, "Rajoy arranca ya la campaña catalana preocupado por el ascenso de CiU". Y es que "son conscientes de que se enfrentan a un sunami soberanista frente al que tienen que marcar una clara estrategia". Según cuenta Carlos E Cué "Rajoy no dio muchas claves a los suyos, consciente de que podrían contarlas a la prensa", los muy cotillas, que no se les puede contar nada que en seguida lo rajan, pero "el presidente ya está en ello", revela. Anda, Rajoy, cuéntanoslo, venga, dinos algo, que no se lo decimos a nadie.

ABC es el único al que le han contado que Rubalcaba "no descarta su salida", su continuidad como jefe del PSOE "pende de un hilo". Pero ni discurso ni velocidad, el problema del PSOE "es que no sabe qué y a quiénes quiere representar (...) sus movimientos de péndulo confunden a propios y ajenos", dice con más razón que un santo.

A Tomás Cuesta Rubalcaba no le cae bien. Pero nada bien, vaya. Dice de él que es un "covachuelista del poder" y tiene "chulescos modales de regidor de las cloacas". Pero, vamos, eso lo dice para abrir boca. Más adelante le estampa en toda la cara que "no tiene talla", que "hasta en el infierno hay clases", que ha quedado claro que es un "pelanas que dispara a bocajarro" y que "se requiere talento hasta para ser malo". ¿Te habrás quedado a gusto, eh, Tomás? Se nota que le tenías ganas.

En La Razón, Martín Prieto le toma el relevo a Tomás Cuesta para darle de bofetadas a Rubalcaba. Cuenta que almorzando con él un día le dio besos en la cara y le "apartó como si fuera a estamparle un ósculo en la boca", el muy borde. Y eso que "tampoco es el monstruo de frialdad que se supone, y adoptó a dos huérfanos de su familia cuyos padres habían muerto en un accidente de tráfico", qué pedazo de detalle, me ha puesto los pelos como escarpias. Ahora, eso sí, "conviene mantenerse bastante lejos de él porque políticamente es un asesino en serie y muy silente".

La Gaceta dice que "Rubalcaba se esconde". Hombre, y todavía les parecerá mal, con la que le está cayendo. Y eso que todavía le queda el soplamocos de su compañero de filas Joaquín Leguina. El PSE ha "hecho de todo menos mostrar firmeza frente a ETA y sus mariachis", salvo "bailar la yenka" en una especie de "equilibrismo entre nacionalismo y constitucionalismo". Y que Valenciano se deje de monsergas con lo de la reflexión, que no nos chupamos el dedo. "Esa reflexión jamás se hace. Parece que a los líderes del PSOE lo que les urge es no hacer nada y seguir arrastrando los pies". Tiene un consejito, que para eso es ya mayor. "Si el PSOE quiere sobrevivir ha de enterrar el zapaterismo" y eso consiste en "abandonar definitivamente las actitudes progres y reincorporar al pensamiento socialdemócrata tradicional... y ni los nacionalismos ni sus sucedáneos pertenecen a esa tradición". Y otra cosita, menos rollo con los "discursos fáciles y trillados como que los recortes y otros desastres provienen exclusivamente de la maldad intrínseca de la derecha y no a errores de muchos, entre ellos los del PSOE". Así que, chavales, al tajo.

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