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Soraya y Cospedal en Barcelona: "Diálogo, sosiego y moderación"

Las tesis de Aznar sobrevolaron el cónclave, pero nadie le mentó. La vicepresidenta y Cospedal certificaron que la estrategia es "moderación".

El Gobierno y el PP certificaron su estrategia de cara a las elecciones catalanas: “Diálogo, sosiego y moderación”. En transmitir esta idea se afanaron cuantos tomaron la palabra en el arranque del cónclave municipal de la formación, que por dos días se celebra en Barcelona. “La identidad catalana no se ha puesto nunca en duda o en juego”, destacó María Dolores de Cospedal.

Los populares vendieron una imagen de centro frente al nacionalismo secesionista. Expusieron que defender a una Cataluña dentro de España y la vigencia de la Constitución servirá para salir antes de la crisis, frente a quienes quieren “romper” y provocar inestabilidad. “Algunos tratan de dividir, partir y fracturar a Cataluña como paso previo hacia un abismo que no sabemos a dónde nos lleva, como paso previo hacia una pretendida separación del resto de España”, alertó la secretaria general de los populares.

En el fondo, el discurso de Cospedal se pareció en muchas ocasiones al de José María Aznar, pero sin llegar a pedir la reforma del sistema autonómico. Para el Ejecutivo, abrir ahora ese melón es más un problema que una solución, y se limita a bendecir el plan anti-duplicidades que este viernes dio un paso decisivo en el Consejo de Ministros. Las tesis del expresidente sobrevolaron la Intermunicipal popular, pero nadie en público se pronunció sobre ello.

La vicepresidenta, invitada de lujo ya por la tarde, insistió en que la clave para que el PP sea segunda fuerza política en Cataluña -ésa es la aspiración máxima, con los sondeos internos en la mano- pasa por andar por el camino de la “moderación” y el “consenso”. Sin callarse y decir las cosas claras, pero teniendo en cuenta que éstas son las máximas: "Siempre, siempre, se obtienen buenos resultados por la vía del diálogo, el sentido común, la moderación y los consensos. La primera fortaleza de España para salir de la crisis es la España misma", aseveró Soraya Sáenz de Santamaría.

En voz de Cospedal, “no podemos permanecer impasibles ante los que nos quieren colocar al borde del abismo, ni permanecer sin decir nada y sin contar la realidad a los ciudadanos de Cataluña. Hay que reconstruir puentes y hablar de convivencia como marco necesario para la prosperidad, pero ello solo puede hacerse desde el diálogo, la moderación y la verdad”. Y aún remachó: “El corazón de España tiene una parte catalana única y especial, que es un referente. Eso es parte de la propia esencia de ser y sentirse español”.

El resto de miembros de la dirección nacional se subieron al carro. Para Javier Arenas, “Cataluña, España, la Constitución y el Estado de las Autonomías” debe ser la prioridad del PP. Según Carlos Floriano, “el PP es la opción frente a quien esconde su mala gestión tras una bandera”.

Camacho denuncia a "un PSC acomplejado"

Tras el charco pisado en la víspera, en la que criticó abiertamente a Aznar, Alicia Sánchez Camacho optó por sacar los colores al PSOE: “Ante un PSC acomplejado y una CiU rupturista, sólo el PPC puede ofrecer a los catalanes avanzar hacia el bienestar y la convivencia”, aseveró. También azuzó a Artur Mas: “Tiene miedo a la verdad, pero no nos silenciarán. Los catalanes tienen derecho a saber las consecuencias económicas y sociales de la separación de España”.

Así, el PP puso la alfombra al presidente del Gobierno, que este sábado aterrizará en la Ciudad Condal tras mucho tiempo sin visitarla, antes incluso de la manifestación de la Diada. Un anticipo que habla de “moderación”, pero también de “Constitución y de España”. Según los estrategas de Génova, “los catalanes no pueden creer que vamos a venir con los tanques. Aquí, el control mediático es muy fuerte y es muy difícil abrirnos paso”. Mariano Rajoy insistirá en que ayudará a pagar a proveedores y a colectivos como el farmacéutico, que esta semana protagonizó un histórico paro.

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