"No estamos ante ese escenario", repiten de forma incansable, tratando de aclarar que es irreal hablar de si una Cataluña independiente sería parte de la UE. Puesto que hoy Cataluña no es sino "una parte de un Estado miembro", en palabras de los portavoces que eluden incluso pronunciar el nombre de España o Cataluña para seguir hablando "en términos generales", Bruselas dice no querer meterse en "asuntos internos de otros países".
Sin embargo, la vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding, lo ha hecho de forma estruendosa al enviar una carta al Gobierno español en la que muestra su sintonía con la postura de Madrid y asegura que una Cataluña independiente tendría que hacer cola bajo la condición de "tercer país" para entrar en la UE.
Si llegara el momento de la ruptura que invoca el presidente catalán Artur Mas, y sólo en ese caso, la Comisión emitiría su "opinión legal". Pero gracias a la carta enviada por Reding hace un mes al secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, no habrá que esperar tanto para conocerla. Lo recogido en la carta y la misiva de Reding tiene el respaldo del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y de todo el colegio de comisarios, algo que no es baladí, dada la tendencia de la comisaria más mediática a sacar los pies del plato con algunas de sus declaraciones.
Fuentes europeas consultadas por LD repetían este martes la tesis defendida por Reding, que coincide básicamente con la del Gobierno español: un nuevo Estado sería un "outsider", un "tercer país" que tendría que pedir su admisión, si es que quisiera formar parte de la Unión. "Los tratados no prevén la separación de la parte de un Estado".
El interés de la prensa internacional por este asunto ha ido creciendo parejo al fastidio que muestran en Bruselas por un debate que, insisten, es irreal.
