Las dudas sobre qué ocurrió en el Madrid Arena han aumentado un día después. Este viernes ha trascendido el documento con los datos sobre el evento facilitados por la empresa organizadora, Divertt S.L, al Ayuntamiento de Madrid. Varios datos contrastan con lo apuntado en un principio. No es la única contradicción:
- La cifra de asistentes: el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, informó este jueves de que las entradas vendidas habían sido 9.650, mientras que el aforo del recinto era de 10.600. Villanueva citó la información facilitada por la empresa organizadora, pero la cifra contrasta con lo indicado por la propia promotora días atrás en un documento oficial de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos. Según el texto, la empresa indicó que los asistentes iban a ser 7.000 "aproximadamente". Por otro lado, hay testimonios que apuntan a una afluencia mucho mayor. Según contó un relaciones públicas a Espejo Público, en Antena 3, las 9.650 entradas vendidas corresponderían sólo a los billetes vendidos por internet. Las vendidas por los relaciones públicas serían muchas más. "El mejor relaciones de Madrid vendió el solo seis mil. El equipo de disc jockeys pidió otras mil para invitaciones", indicó, antes de apuntar que el grupo restante de relaciones públicas recibió tres mil entradas más para su venta. En total, estimó que las entradas vendidas podrían ascender a veinte mil.
- La seguridad en el evento: en el documento, Diviertt S.L. incluye un apartado llamado Servicio de Orden en el que especifica que la seguridad estará a cargo de Kontrol 34, S.L., con 75 operativos en el "interior". También cita al Grupo Seguriber al que le atribuye la "seguridad exterior y requisa". Fuentes de la investigación citadas por Europa Press precisaron que Kontrol 34 no es una empresa de seguridad y que esos 75 efectivos realizaban otras labores auxiliares, como roperos, control de tickets e información para asistentes. Por lo que limitan el operativo de seguridad al personal de Seguriber, con 38 vigilantes. Desde esta empresa han respondido a estas informaciones precisando cuál era su función en la fiesta. Según indican, la compañía tan solo tenía la responsabilidad de requisar materiales no autorizados en las puertas en las que así se lo exigió la empresa organizadora de la fiesta de Halloween. En una nota de prensa, ha informado de que "mantenía únicamente la responsabilidad de la seguridad exterior", es decir, que los asistentes accedieran al recinto por las puertas designadas, y "la requisa de materiales no autorizados sólo en aquellas puertas" que les "habían señalado desde la empresa organizadora". De esta manera, subraya que la seguridad en el interior del recinto, el control de entradas, petición de documentación y accesos por las puertas destinadas a organización y entrada de artistas eran responsabilidad de la empresa de seguridad contratada por la compañía organizadora y no del personal de Seguriber. Se mantiene, pues, la incógnita de cuántos vigilantes de seguridad velaban por la integridad de los asistentes dentro del local.
- Los controles en los accesos: Hay testimonios de asistentes a la fiesta que cuentan que no se les pidió el DNI ni se les registró la mochila. Por otro lado, fuentes de la investigación indican que se produjo un tumulto a la entrada del recinto coincidiendo con el comienzo de la actuación principal y que entre los que trataban de entrar había muchas personas sin entrada. En el interior, esas personas se cruzaron con quienes trataban de subir a las gradas por los pasillos, en uno de los cuales se produjo la avalancha.
- Las causas de la avalancha: la hipótesis de la Policía sigue siendo que una bengala fue la que desató el pánico, y por ello se están dedicando a visionar vídeos para tratar de encontrar a la persona que accedió con el material pirotécnico y lo prendió en el interior. A esta hipótesis se le suma la posibilidad de que se sobrepasara el aforo, y la posible ausencia de controles en el interior. El vicealcalde ha apuntado esta mañana a esta posibilidad: que en un momento de la fiesta, la mayor parte de los asistentes se concentrara en el escenario principal sin que nadie se lo impidiera.