El presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE nacional, José Antonio Griñán, ha consentido sentar el precedente de la huelga en una institución parlamentaria como consecuencia de su posición de debilidad ante su socio de gobierno, Izquierda Unida, que ya ha anunciado además que tres consejeros y todos sus altos cargos en la Junta secundarán la huelga. Griñán se negó a la huelga solicitada por IU en 2010 contra el gobierno Zapatero.
El Parlamento de Andalucía, con apoyo del PSOE e iU, se sumó a la huelga general del 14 de noviembre suspendiendo el Pleno ordinario previsto el próximo miércoles, día 14. Así lo ha acordó ayer la junta de portavoces preparatoria del debate plenario con los votos a favor del PSOE e IU. El presidente del Parlamento, el socialista Manuel Gracia, ha admitido el cambio del calendario de sesiones amparándose en que la Cámara expresa "la voluntad" de los grupos políticos que la componen. De este modo, se retrasa un día el comienzo de la sesión plenaria, que en lugar de los días 14 y 15, como estaba proyectado, se pospone al jueves 15 y viernes 16. El PP se ha mostrado en contra. Es la primera vez que el Parlamento adopta una decisión de este tipo en su historia reciente.
El portavoz del grupo socialista, Francisco Álvarez de la Chica, justificó la decisión atacando al gobierno de Mariano Rajoy diciendo que "estamos ante la huelga de mayor alcance y mayor razón del conjunto de la democracia", puesto que "los ciudadanos están abrasados por los políticos de un gobierno que no da una a derechas."
En segundo lugar, Álvarez de la Chica apeló a la "imposibilidad" de garantizar que haya unos servicios mínimos el próximo miércoles con motivo de la convocatoria, extremo que el presidente de la Cámara, Manuel Gracia, ha negado después. También alegó las dificultades de los parlamentarios que viven fuera de Sevilla, donde está la sede del Parlamento, de acudir a la sesión esa jornada.
El portavoz del grupo IU, José Antonio Castro, consideró la decisión "razonable" por las "víctimas de esta maldita crisis" y arremetió contra el PP por comparar esta decisión con una "república bananera" o "una democracia de vacaciones".
El portavoz del PP en la Junta, Rafael Salas, calificó la decisión de apoyar la huelga como un "despropósito e irresponsabilidad". "El Parlamento es una institución que no se puede doblegar a los intereses y estrategias de IU y PSOE", socios del Gobierno andaluz, dijo. "Que Griñán (en referencia al presidente de la Junta) sea rehén de IU no es problema del Parlamento; si claudica Griñán, no debe hacerlo el Parlamento", afirmó, criticando la "amnesia" del PSOE. Recordó que el mandatario andaluz, con motivo de otra huelga contra Zapatero en 2010, aseguró en el Parlamento que "este Parlamento nunca debe hacer huelga, porque la democracia no se toma vacaciones ni se paraliza ni se suspende. Nunca".
¿Hará huelga Griñán?
El caso es bien llamativo más que nada porque el propio Griñán se opuso visceralmente a la huelga parlamentaria cuando en septiembre de 2010, los sindicatos la convocaron contra el gobierno Zapatero. Entonces, en sede parlamentaria, Griñán dijo textualmente que el Parlamento "nunca hace huelga porque la democracia no se va de vacaciones ni se paraliza ni se suspende".
Queda por saber si el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, irá o no a la huelga, inaugurando de ese modo el sinsentido que denuncia el PP de que un gobernante acuda a una convocatoria de huelga. Tampoco se sabe si el resto de sus consejeros irá o no a la huelga.
Ciertamente, en los dos últimos paros convocados —uno contra el Gobierno del PP y otro contra el del PSOE—, la agenda institucional de la Junta de Andalucía estuvo bajo mínimos y sin ningún acto público destacable. El pasado 29 de marzo, fecha de la huelga general convocada contra el Gobierno Rajoy, la Junta no tuvo ninguna actividad programada pero su gobierno estaba en funciones y recién celebradas elecciones autonómicas.
Sin embargo, en la huelga general del 29 de septiembre de 2010 contra las medidas del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque el Ejecutivo andaluz tampoco tuvo agenda propia porque ese día se celebró pleno del Parlamento, la actitud socialista fue distinta.