Federico Jiménez Losantos y César Vidal presentan nuevo libro, La libertad tiene un precio. Conversaciones, fruto de varios días de recogimiento en Segovia donde el presidente y el consejero del grupo Libertad Digital hablaron de diversos temas de la vida. En Es la Noche de César de esRadio, tanto Federico como César han comentado algunos de los detalles de esta nueva obra conjunta ante dos entrevistadores de lujo: Javier Somalo y Dieter Brandau.
Durante la extensa entrevista repasaron innumerables detalles de su vida personal y profesional que permiten entender qué y cómo son Federico y César. Hablaron de su niñez, de la fe y de la muerte sin olvidar también temas de rabiosa actualidad.
Sobre sus orígenes, César Vidal aseguraba que aunque "Federico viniese de un pueblo pequeño y yo de un suburbio hay una infinidad de cosas en las que la visión es la misma: el esfuerzo y saber que nada va a sustituir al mérito personal". De este modo, añadía que "proceder de familias humildes que se han sacrificado hace que no tengas ningún tipo de complejos".
Por su parte, Jiménez Losantos afirmaba que "España no siempre ha sido así. En los 50 crecimos con otros valores, principios y familias" y añadía que "en el país en el que empezábamos a andar había una esperanza de ciudadanía que ahora ha desaparecido".
En el libro también hablan de lo que podrían haber sido profesionalmente si hubieran renunciado a sus principios. Federico habla de su etapa en El País y cuando era uno de los preferidos en el diario y César lo era en Telecinco. Sin embargo, decidieron optar por otro camino. Losantos decía no arrepentirse por el camino recorrido y recordó que "hay gente que de la mentira ha hecho un negocio" mientras Vidal agregaba que "pudimos ser millonarios pero no lo fuimos por amor a la libertad".
Y es que como ellos mismos relataban en la entrevista "siempre nos hemos movido por principios, no por partidos", lo que ha "desconcertado" a mucha gente que ha visto como ambos se oponían a Zapatero y luego no servían al Gobierno del PP. "Hicimos lo que teníamos que hacer", zanjó Federico.
En el libro, tal y como relataron en esRadio, también hablan de distintos aspectos personales de la vida de los dos comunicadores. En este sentido, el director de Es la Mañana cuenta cómo perdió la fe que tenía y aseguraba que "nunca he sido tan feliz como cuando bajaba de confesarme" e indicaba que "la fe se tiene o no se tiene" y la muerte de su padre marcó un punto de inflexión en ese momento. "Sucedió de repente –relata- cuando mi padre muere en primavera y a la vuelta del verano yo, que era muy religioso, de repente no creo". Del mismo modo, aseguraba que "lo malo de haber perdido la fe fue sustituirlo por el marxismo". Además, habló de cómo Labordeta le ayudó sobremanera y se convirtió en un "segundo padre". "Siempre se portó maravillosamente conmigo".
En las páginas de esta obra también se puede leer como vio César Vidal su muerte. "Es una experiencia ligada al primer intento de fusilamiento que sufro de los dos que he tenido", afirmó. Cuenta que ante el pelotón de fusilamiento tuvo distintas sensaciones pero que sobre todo le impactó ver que "ahora estás aquí y que en poco estás al otro lado de la muerte". "Fue como si la niebla se levantara y viera por fin la montaña", lo describía César, una vez que al final consiguió salvar la vida.
Losantos también habla de su atentado y lo que sintió, una sensación de ser una "manera hortera" de morir. "Hay un mecanismo de defensa que te hace pensar que no vas a morir", afirma, para añadir que "el miedo empiezo a verlo cuando ya has sobrevivido".
Mientras tanto, Vidal comentó su visión "providencialista", lo que confiesa que le da "mucha tranquilidad". "Voy a morir cuando Dios quiera y en el momento que Dios quiera", indica tranquilo.
En el libro tampoco faltan las batallas que han vivido juntos, primero en COPE y después desde esRadio. Así, ambos destacaron que el empeño por averiguar la verdad del 11-M y dar voz a las víctimas, contra todo y contra todos, es el ejemplo paradigmático del precio que tiene la libertad, al que alude el título del libro. Pusieron en juego su "vida, profesión y hacienda", para defender unos principios que consideraban irrenunciables.