La búsqueda de un pacto más o menos estable en Cataluña está multiplicando en las últimas fechas los contactos entre las dos principales fuerzas nacionalistas de la región: CiU y ERC. Ambos están tratando de pactar los trazos independentistas que deberá llevar a cabo el próximo presidente de la Generalidad.
Como método para complacer a los republicanos, los dirigentes de CiU han ofrecido a ERC la posibilidad de potenciar la internacionalización de lo que han llamado ‘el conflicto catalán’, para intentar recabar apoyos en el extranjero para una futura independencia de Cataluña, según informa el diario La Razón.
El periódico de Planeta dice que la piedra angular de esta internacionalización será llevar ante importantes instituciones como el Tribunal Internacional de La Haya la más que probable impugnación y anulación que de la futura Ley de Consultas catalana –la ley que será aprobada para llevar a cabo el referéndum ilegal– hará el Gobierno central.
Además, el futuro gobierno de CiU también invocaría en el extranjero la jurisprudencia del Tribunal Internacional de La Haya sobre el referéndum independentista de Kosovo, intentando comparar la situación de Cataluña con la de la antigua provincia serbia.
No hay acuerdo sobre la fecha
Por otro lado, una de las principales diferencias entre ambas formaciones políticas sería la fecha en la que convocar el pretendido y deseado referéndum. En el caso de ERC, serían partidarios de llevarla a cabo el próximo 11 de septiembre de 2013, coincidiendo no sólo con la Diana sino con el primer aniversario de la gran manifestación independentista que recorrió hace tres meses las calles de Barcelona.
El partido que lidera Artur Mas sería partidario de retrasar más la convocatoria y no hacerla hasta 2014. Las razones de CiU para ello serían históricas y políticas. En lo que al primer argumento se refiere, preferirían hacerla coincidir con el tricentenario de la entrada de las tropas borbónicas en Barcelona en 1714, durante la Guerra de Sucesión española. Respecto a lo segundo, prefieren hacerlo después del referéndum secesionista escocés.