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Aguirre le envía una carta a Wert y le alerta de "los objetivos de nuestros adversarios"

La expresidenta madrileña advierte al ministro que "en la utilización de la educación como arma les va a nuestros adversarios su supervivencia". 

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha enviado una carta abierta al ministro de Educación en ABC, cuando está a punto de cumplirse un año de su llegada al cargo. Aguirre le asegura a José Ignacio Wert que su cartera puede ser la "más apasionante" aunque tiene algo de "potro de tortura, te lo digo por experiencia", recordando los "casi 1.000 días que pasé en ese sillón".

"Por pequeña y tímida que sea, cualquier reforma en el sistema educativo actual va a suscitar siempre la oposición del bloque socialista-comunista y de los nacionalistas" le advierte, porque "les da igual que la práctica esté demostrado que nuestro sistema escolar es manifiestamente mejorable y que, después de 15 años de escolarización" lo que ocurre es que "un altísimo porcentaje de nuestros alumnos no adquiere los conocimientos necesarios ni domina destrezas tan básicas como expresarse de palabra y por escrito con una mínima corrección".

En opinión de Aguirre, los socialistas, comunistas y nacionalistas creen que "la escuela está para modelar personalidades según sus ideologías" y sin embargo "nosotros, los liberal-conservadores, creemos que la escuela no está para servir a las ideologías, sino para instruir a los alumnos". La expresidenta madrileña asegura que "nuestros adversarios creen en el adoctrinamiento, nosotros en la libertad" porque "nosotros queremos que nuestros alumnos sean libres para elegir la ideología que quieran".

Y ahí es donde sitúa Aguirre el verdadero problema, que "tiene difícil solución, porque en la utilización de la educación como arma política les va a nuestros adversarios su supervivencia". Por eso, "en medio del follón que suscita la nueva ley" lo que Aguirre aconseja hacer es "mantener nuestros principios esenciales. Uno, es que nosotros queremos instruir a los alumnos y no adoctrinarlos, y el otro, mucho más importante, es la libertad". Porque, la presidenta del PP de Madrid considera que "si consiguiéramos que padres, profesores y centros educativos pudieran ejercer en plenitud su libertad, todos los problemas estarían resueltos, incluso los lingüísticos". 

Alternativas: menos regulación 

Recuerda Aguirre que el papel del Estado "debe estar subordinado siempre a la voluntad de los padres" y los poderes públicos sólo "pueden y deben ayudar" a los progenitores "pero nunca sustituirlos". Añade que "no deben empeñarse en regularlo todo, desde los programas de las clases de corte y confección, a las titulaciones de disc-jockey en los cursos de Formación Profesional". 

Plantea la expresidenta que el Estado se limite a "publicar los conocimientos básicos que los alumnos deben alcanzar en dos o tres niveles" y "dejar libertad a los centros para organizarse académicamente y permitir que los padres elijan libremente el centro que quieran para sus hijos". El plan de Aguirre supondría que el Cuerpo de Inspecciones programaría los exámenes,  "a la manera de los Inspectores Educativos de S.M. en Ignglaterra". 

Así cada centro "podría organizarse mejor sin necesidad de la hiperregulación, cuajada de palabrería pseudopedagógica, de la que ha adolecido nuestros sistema educativo en las últimas décadas". Aguirre se despide de Wert esperando que "no te tomes a mal estas letras como una intromisión injustificada". 

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