El principal y único condenado como autor material de los atentados del 11-M, Jamal Zougam, no declarará finalmente este martes en los juzgados de Plaza de Castilla donde se investigan a dos ciudadanas rumanas que dijeron ver al marroquí en el vagón que estalló en la estación de Santa Eugenia aquel fatídico día.
Según ha podido saber Libertad Digital, la titular del Juzgado de Instrucción Número 39 de Madrid, Belén Sánchez, ha aplazado su comparencia como testigo para el próximo 17 de enero al no poder asistir una de las defensas de las testigos protegidos C-65 y J-70 a la declaración.
Junto a la declaración de Zougam, quedan pospuestas para el mismo día la de su hermano Mohamed y su madre Aicha, así como su hermana Samira, que será la primera vez que comparezca en sede judicial.
En cambio, ha quedado aplazada sin fecha la testifical del que fuera cónsul de Rumanía en Madrid en 2004. A él habría acudido la testigo C-65 con la intención de obtener las indemnizaciones que el Gobierno rumano había dispuesto para las víctimas de los atentados.
Durante la instrucción de los atentados del 11-M, ambas ciudadanas rumanas declararon que habían viajado juntas en el tren y que habían visto a Jamal Zougam en el vagón que estalló en la estación de Santa Eugenia dijeron la verdad. Hace justo un año, el diario El Mundo publicó varias informaciones acusando a estas testigos protegidas de mentir, inventar hechos y cambiar de versión sobre lo que habían el 11 de marzo de 2004 para que se condenase a Zougam.
El marroquí, único condenado como autor material de los hechos, lo está principalmente por el testimonio de C-65 y J-70 ya que no se encontraron huellas o restos de Zougam en los coches o domicilios que se utilizaron para perpetrar los atentados del 11-M.
La decisión de la magistrada Belén Sánchez de citar a declarar a Jamal Zougam tiene una gran relevancia ya que podría abrir la puerta a una posible revisión de los hechos probados en la sentencia del Tribunal Supremo donde se cerró la investigación del 11-M.