En la práctica, Jaime Mayor Oreja llamó a invertir la estrategia de Mariano Rajoy ante la deriva secesionista en Cataluña: "Vamos a trabajar ya en la confrontación política, es inevitable", fue su clara advertencia en esRadio. Lo argumentó en el hecho de que "cuando el nacionalismo adopta" una decisión "llega hasta el final", y en su opinión siempre ganan "por radicales".
Un diagnóstico, de nuevo, muy duro sobre los peligros a los que se enfrenta España. "De todos los escenarios posibles, hay que trabajar en el peor", dijo por dos veces. Y sin dejar de lado el órdago de la Generalidad, criticó veladamente el ofrecimiento del PP catalán de un pacto fiscal con Hacienda propia: "No parece muy viable o muy compatible. No me parece que esté en la lógica".
Con energías renovadas, después de meses alejado de la primera línea política por un accidente, el exministro del Interior tiró de experiencia política para vincular la situación en Cataluña con el "proceso" auspiciado por la banda terrorista ETA: "Perpiñán, allí empezó todo, ése fue el salto inédito que no se había producido nunca en la historia de ETA", destacó, sacando a colación las tesis que ya ofreció en la reciente presentación del libro de Regina Otaola.
Las declaraciones de no arrepentimiento del etarra Bolinaga, torturador de Ortega Lara, no parecieron sorprender al eurodiputado. "Lo que puedo decir es lo que ya dije en su momento en el Comité Ejecutivo; que no compartía esa decisión porque soltarle es un símbolo, y no es un símbolo cualquiera", afirmó. Y en esa reunión interna del PP fue cuando al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, le espetó: "Las peores mentiras son las verdades a medias".
"Ellos -ETA- piensan que están ganando y esto es una batalla que, al mismo tiempo, se está dando en Cataluña", resumió, haciendo una crítica -esta, sí, muy concreta- sobre el movimiento de presos terroristas "que es el que es". En un nuevo mensaje a los suyos, el PP, Mayor Oreja reclamó "que no sacudiéramos más el perverso" proceso de paz que es "como un espejo que retuerce la realidad" y que hace decir, en su opinión, "que Bildu no es ETA, las víctimas son unos pesados o los constitucionalistas un estorbo", en relación a las palabras de los populares Borja Sémper y Javier Maroto.
Mejor "en soledad que mal acompañado"
Precisamente, también habló de su situación en el PP, algo mucho menos habitual en un hombre que mide mucho sus palabras y que enmudece en este tipo de cuestiones. "Prefiero estar en la soledad que mal acompañado", afirmó en un primer compás. También se refirió a las críticas que ha recibido desde la dirección de los populares vascos, que en su día presidió: "Es obvio que me lo he tomado a broma. No he hecho ninguna incursión en la política del PP vasco ni una crítica jamás a sus cargos. Lo asumí como en ocasiones hay que hacerlo: con distancia y con infinito desprecio".
Se le preguntó concretamente por Antonio Basagoiti, en relación a ese previsible salto al frente del Ministerio del Interior que muchos en el PP dan por hecho: "A lo que filtran o dejan de filtrar ni caso", aunque aseguró que "le deseo lo mejor". Mayor no se mojó en este sentido: "Es una filtración no con buena intención y que no está realizada por él", se limitó a añadir.
¿Repetirá como cabeza de cartel a las elecciones europeas? "Mi mandato culmina el año que viene y el partido tomará una decisión", respondió con aparente serenidad, aunque consciente de que destacadas voces de su formación le dan por amortizado. Aunque también ocurrió así en los anteriores comicios y, finalmente, Rajoy le pidió que se presentara y éste ganó al Partido Socialista.
De puntillas, también se refirió al escandaloso caso de Luis Bárcenas: "Cuando uno lee cada día el periódico, es verdad que a uno se le cae el mundo encima. ¿Hasta qué punto hemos perdido el norte? ¿Qué está sucediendo?", reflexionó en líneas generales. Aún más, "la desafección de la política -por asuntos como los del extesorero-es el elemento que me inquieta más".
Así, velada o claramente, Mayor Oreja volvió a poner sus cartas encima de la mesa. Y dejó claro que lo que ve no le gusta. En su agenda para este jueves, un encuentro con la viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iríbar, cuya Fundación sufre de problemas económicos y para la que pidió la ayuda de todos los ciudadanos.