"La Justicia estrecha el cerco sobre las mentiras de Bárcenas", dice El Mundo. Han vuelto a consultar al grafólogo y les ha dicho que "es su letra", plastas, ya lo dije hace una semana. Con esto Pedro J. se queda mucho más tranquilo, porque, según él, "al margen de la autenticidad de su contenido, los manuscritos son de Bárcenas". Y punto. Han sido "elaborados y filtrados para presionar al PP" y "Bárcenas dará o no veracidad a los hechos en función de lo que negocie con el entorno del Gobierno o del PP", dice Pedro J., muy en línea con el PSOE.
Federico Jiménez Losantos no está para nada de acuerdo. Los papeles de El País son "vulgares fotocopias", lo que le recuerda los tiempos aciagos del 11-M. "Unas fotocopias de una posible reelaboración apócrifa en 11 folios de la contabilidad del PP durante 19 años ni tienen valor legal, ni judicial, ni probatorio, indiciario, ni nada de nada. Valen lo mismo que la mochila de Vallecas (...) Lástima que Gabilondo no esté ya en la SER para contarnos que en Génova, 13 han aparecido dos contables suicidas con tres capas de celulosa sobre un pulquérrimo depilado inguinal". Y compara la actitud de El País, para el que "los papeles de la Udef eran totalmente inventados, rigurosamente falsos, en rigor nunca existieron" mientras "los papeles de Bárcenas son certísimos y originalísimos".
El País se llena de supuestos y presuntos. "La Fiscalía citará a los empresarios que Bárcenas anotó como donantes" y a Jorge Trías, que ya no vio la contabilidad B del PP, sino que la vio "supuestamente". Cuenta el periódico cómo se presentó ayer la poli para requerir los famosos papeles. "El País entrega a la fiscalía los documentos secretos". Bueno, "los documentos entregados son las copias de 14 folios manuscritos" que además "recogen la supuesta contabilidad manuscrita". También el editorialista se ha vuelto de un cauteloso exagerado con la "presunta caja B del Partido Popular"
"El juez acorrala a Bárcenas", dice ABC, que no se fía un pelo de los papeles de El País. "Si se demuestra que los documentos son falsos, los medios de comunicación que los han publicado y quienes transmiten como dogma de fe que proceden del extesorero del PP tendrán que dar explicaciones muy serias ante la opinión pública y hacer frente a sus responsabilidades jurídicas". Si ese día llega, me pego a Twitter. Pero si resulta ser el autor material, "ello no significa sin más que los pagos allí regitrados sean auténticos". Mira que lo ponéis difícil, córcholis.
El periódico de Vocento tiene además un ratito para el PSOE, que también tiene sus cositas, no se vayan a creer, y aporta varios titulares. "La contabilidad oculta de Guerrero apunta a Griñán. Un escrito del ex alto cargo revela que acordó por teléfono el abono de 72,2 millones con su directora de tesorería". "El PSOE obtuvo 6,3 millones anónimos entre 2000 y 2007". Seguro que se armará la marimorena.
Para La Razón "ha llegado la hora de la verdad". Dice Marhuenda, como unas castañuelas, que "quienes atizan la bronca partidaria y el chapoteo de la insidia no se sienten cómodos cuando los jueces y los fiscales toman protagonismo". Pues, hijo, haber convencido a Rajoy de que se querellara hace una semana y nos habríamos ahorrado un montón de tiempo. "La operación desatada en torno a la supuesta contabilidad paralela del P está camino de desmoronarse como un castillo de naipes". Qué arriesgado, Marhuenda, qué arriesgado.
Por si no estuvieran ya bastante asustados en el PP, La Gaceta les cuenta que "la extrema izquierda asoma la cabeza y aspira a tomar la calle. El PP es su víctima perfecta". Lo que les faltaba. Dice el periódico de Intereconomía con fina ironía que "transcurrido ya un año del Gobierno del PP, la izquierda empieza a cansarse de tan largo periodo de ausencia del poder y da muestras claras de estar dispuesta a todo con tal de acariciar de nuevo la esperanza de retornar a la Moncloa". Y dice Javier Quero sin pizca de finura, él a lo bestia, hala, que "quienes se agolpan ahora ante las sedes del PP debían andar hibernando cuando se supo que en la Junta de Andalucía se gastaban el dinero de los parados en putas y coca". Es que eso es mucho más folclórico que llevárselo a Suiza, Javier.