El Gobierno no quiere que el halo de sospecha que se está extendiendo sobre toda la clase política, en relación a la trama de espionaje en Cataluña, se extienda al Centro Nacional de Inteligencia. Por ello, y en aras de la transparencia, será ni más ni menos que su director, el militar Féliz Sanz Roldán, quien comparezca en el Congreso de los Diputados "en el menor plazo posible".
No es habitual que el responsable de los espías acuda a las Cortes para dar explicaciones. Pero la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de quien depende en última instancia el organismo, ha dado la orden. Comparecerá en la Comisión de Gastos Reservados, ante la petición formulada por CiU.
Según expone la Moncloa en un breve comunicado, aportará "los datos que sean requeridos por sus señorías para demostrar que no ha existido ni existe relación alguna entre el CNI y la agencia de detectives Método3". Esto es, el Estado "no está involucrado" y lo que toca ahora "es que la Justicia investigue", insistieron fuentes gubernamentales. "Llegaremos hasta el final", proclamó la vicepresidenta el viernes, al término del Consejo de Ministros.
Ante la alarma generada, y en línea con la operación emprendida por el ministerio del Interior, el CNI asegura que "debe colaborar con el Congreso con la mayor transparencia". Y se insiste: los servicios del espionaje patrio "son sometidos a rigurosos controles legales".