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Rajoy, a Rubalcaba: "No he pedido su dimisión, no me interesa"

Rajoy asegura que la "historia" de Rubalcaba le impide "dar lecciones" sobre economía. "No voy a pedir su dimisión, ya la piden en el PSOE".

Mariano Rajoy apenas miró a los ojos al líder de la oposición mientras éste le dedicaba una enmienda a la totalidad a su plan de reformas. Tampoco le sorprendió que le volviera a pedir que se marchara: “Ya lo ha hecho dos veces, una más es lo mismo”, resumió muy gráficamente un miembro del gabinete. Solamente elevó la mirada o hizo un gesto de desaprobación cuando el ataque de Alfredo Pérez Rubalcaba le acaba por exasperar. 

El presidente le tenía ganas, y se notó en el torno de réplica. Enérgico, fue a la yugular desde el primer minuto, desautorizando su receta echando mano de la hemeroteca: "Usted tiene historia", le repitió en más de una ocasión. "Y ahora nos dan lecciones, éste es el tema", añadió, para ya advertirle que no se lo iba a permitir, en ninguno de los palos de la política económica.

"Estamos hablando de creación de empleo, de paro, de poder adquisitivo", en estas materias "el señor Rubalcaba ha presentado una especie parecida a un programa de gobierno", ironizó, para pasar a la artillería: "Habla de lo que nunca hizo e hizo lo contrario. ¿Qué credibilidad tiene usted para proponer nada aquí", se quejó, recordando "el país en recesión" con el que se encontró en 2011.

El resumen del jefe del Ejecutivo provocó un sonoro aplauso de los suyos: "Vuelta a las andadas, tenemos que volver a arreglar el desaguisado que provocaron", dijo, para emplazar en continuas ocasiones a que "digan la verdad y no hagan demagogia", por ejemplo sobre sanidad o hipotecas -en este sentido, recalcó que su obligación es defender el sistema, amén de ayudar a las personas más perjudicadas-. "Estamos corrigiendo unas políticas que llevaron a la quiebra, que ya es difícil, a Paradores nacionales", puso como ejemplo.

El presidente fue punto por punto replicando los argumentos del dirigente socialista. Defendió la reforma Educativa, como ya hizo por la mañana, y también la reforma laboral, de la que dijo: "Es uno de los hitos más importantes, no les quepa la más mínima duda".

Capítulo sobre la corrupción

"Algunos tienen una contabilidad separada para los amigos y otra para los demás", afirmó Rajoy sobre el capítulo de la corrupción, al que no le dedicó mucho tiempo, tras las medidas previamente anunciadas. "No voy a entrar en el debate", recalcó. Si bien, enfatizó que "la memoria es la primera prófuga de la política", y volvió al ataque: "Mi partido no ha sido condenado por financiación irregular, el suyo sí", sentenció.

No mentó a Luis Bárcenas, quien fuera tesorero del PP hasta 2009 y su hombre de confianza. Oficialmente se insiste en que desde entonces ya no existía relación laboral con él y que nada tiene que ver el partido con los 22 millones que amansó en una cuenta de Suiza. E igual forma, un portavoz autorizado rechazó tajante que existieran pagos irregulares.

Tras el baile de pases, la estocada final: "Yo no voy a pedir su dimisión, ya hay quien se la pide dentro, yo no se la voy a pedir", remató el presidente.

En el segundo turno de respuesta, el presidente se mostró dispuesto a "hablar" con el PSOE, pero mantuvo el listón de la crítica. "No he pedido su dimisión, no me interesa, ha sido usted quien ha pedido la mía", aseveró no sin cierto tono despectivo. "No nos cuente sus prejuicios ideológicos, no tiene el patrimonio de los sentimientos", le quiso dejar claro.

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