La periodista de El Mundo, Ana Romero, publica la segunda parte de su entrevista con Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, la "entrañable amiga" del Rey, que este domingo se lanzó con una primera entrega. En ella, Corinna, a la que Romero trata de "alteza serenísima", dice que "no pienso volver a España mientras mi presencia allí cause controversia. Si alguien quiere utilizarme contra la Familia Real que no cuente conmigo".
La aristócrata alemana segura que "nunca he recibido un solo euro de los contribuyentes españoles" y que ha ayudado "gratis al Gobierno español y me han pagado algunas empresas privadas que querían expandirse globalmente".
En cualquier caso, Zu Sayn-Wittgenstein aclara que "España nunca fue el centro del universo de las operaciones" de su compañía de asesoramiento internacional, Apollonia Associates. Por otro lado, la periodista asegura que una de las intenciones de la aristócrata es "tranquilizar a los españoles sobre sus intenciones en nuestro país".
Luchando "a brazo partido"
La entrevista, que por momentos se diría redactada para la revista ¡Hola!, es el fruto de un encuentro celebrado en un despacho de abogados londinense en el que Corinna "lucha a brazo partido por defender su reputación", según se puede leer.
En ese sentido, se intuye que la publicación es parte de una estrategia de defensa cuidadosamente planificada, ya que además de las declaraciones de la aristócrata se revelan detalles como que todos los contratos firmados por la "entrañable amiga" del Rey se encuentran "a buen recaudo" y "en manos de sus abogados" es de suponer que en ese mismo despacho. "Hay copias de cada contrato realizado, de cada acuerdo cerrado", se asegura.
En esta línea, Zu Sayn-Wittgenstein insiste en ensalzar su perfil de alta profesional: "Siempre he actuado de manera profesional y apropiada" y los problemas que le está causando esta "trágica" situación: "Esto hace mucho daño a mi reputación".
Urdangarín, un 'golden boy'
La princesa alemana da algunos detalles de los esfuerzos que hizo para encontrar "un empleo apropiado" para Iñaki Urdangarín, señalando cómo fue el Rey quién indicó a su yerno que debía ir a ver a su "entrañable amiga".
"Así lo hizo –explica la alemana- en junio de 2004". Los dos se reunieron en Londres en una cena que fue "la primera vez" que Corinna hablaba "de verdad" con el duque de Palma.
"Su perfil me pareció perfecto para el trabajo en Laureus", señala la entrevistada que no duda en destacar las cualidades que presentaba, al menos aparentemente, el marido de la infanta Cristina: "Era un auténtico golden boy: un atleta olímpico con dos medallas, Atlanta y Sidney, y miembro de una Familia Real europea".
La "entrañable amiga" de Juan Carlos I explica la decepción que le supuso que finalmente Urdangarín rechazase un trabajo que "le venía al dedo por su posición" pero que en su opinión "no era suficiente" para el duque de Palma ya que "Laureus no era El Dorado".
Sin embargo, la propia Corinna llegó a aconsejar que se crease un extraño entramado: "Una entidad comercial separada de la de caridad para que Iñaki pudiera ganar más dinero a través de los patrocinios". A pesar de lo confuso de la idea la aristócrata afirma que "nosotros –un plural que no explica- le dejamos ya entonces muy clara la diferencia que hay entre una entidad sin ánimo de lucro y la actividad comercial propiamente dicha".
El problema de ser rubia
En uno de los párrafos más llamativos de la entrevista Corinna insiste en los problemas que la situación le está creando en su trabajo, reflexionando sobre la reputación y cómo esta "tarda en construirse, pero se pierde muy rápidamente".
La "amiga entrañable" del Rey llega a afirmar que su condición de "mujer, y encima rubia" todavía "complica las cosas aún más", sobre todo cuando se está "en la liga de los grandes". Eso sí, estas terribles confesiones las hace "esbozando una sonrisa que deja ver sus dientes blancos, casi perfectos".