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La esposa de Khashoggi salvó el AVE a La Meca tras el fiasco de Zapatero

Los empresarios españoles recurrieron a ella tras las infructuosas gestiones de Trinidad Jiménez. Cobrará del 2% del montante total del proyecto.

Los empresarios españoles recurrieron a ella tras las infructuosas gestiones de Trinidad Jiménez. Cobrará del 2% del montante total del proyecto.
Shapira Khashoggi, junto a su esposo, Adnan, en una fiesta, en el año 2000. | Corbis

La empresaria iraní Shahpari Zanganeh, tercera esposa del traficante de armas saudí Adnan Khashoggi, cobrará una comisión de 134 millones por su participación en la negociación del contrato del AVE La Meca-Medina, que finalmente fue adjudicado a un consorcio hispano-saudí. Según informa El Mundo, Zanganeh comenzó a hacer gestiones en 2011, contribuyó a que se desbloquearan las negociaciones y su precio fue el 2% del montante final del proyecto, que ascendió a 6.736 millones.

Zanganeh, junto al exministro Julián García Valverde, fue pieza clave para la consecución de la construcción del AVE La Meca-Medina al consorcio hispano-saudí Al Shoula Group. La empresaria iraní cobrará unos honorarios del 2% sobre el volumen del contrato –134 millones de euros-, aunque la cifra podría rebajarse al 1,5% -lo que reduciría el total a percibir a 100 millones-.

Por su parte, García Valverde –que también fue presidente de Renfe- logró introducir a dos de sus empresas en el consorcio: Imathia y Consultrans. La participación de estas dos compañías en el consorcio es del 5%, por lo que su facturación en el contrato se elevará a 335 millones, según fuentes consultadas por el diario de Unidad Editorial.

Según las mismas fuentes, la incorporación de Zanganeh fue propuesta por la empresa española OHL, que forma parte del consorcio y que ya había trabajado con ella en la licitación para la construcción de las estaciones del AVE. La tercera esposa de Khashoggi es la propietaria de la empresa Epica, que es la que firmó el contrato de asesoramiento con las empresas privadas españolas del consorcio –Cobra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Indra, Talgo y OHL–. Las empresas públicas –Renfe, Adif e Ineco– no firmaron el contrato por los problemas que podría acarrear ante el pago de lo que se podía entender como una comisión para la concesión del mismo.

Salvó las gestiones de Zapatero

A principios de 2011, las negociaciones se complicaron y las empresas españolas temieron que el contrato terminara siendo adjudicado al consorcio galo-saudí. Los empresarios pidieron ayuda al Gobierno y sondearon a Zapatero para que viajara a RIAD como un gesto de apoyo. El presidente español rechazó la propuesta pero, a cambio, envió a Arabia Saudí a la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez.

La visita no logró el éxito deseado, sino más bien al contrario. Los saudíes no entendieron que el Gobierno español enviase a una mujer que, además, no siguió las normas de vestimenta obligadas en un país que se rige por la sharia.

Fue entonces cuando el consorcio español recurrió a los servicios de Shahpari Zanganeh, que logró, en efecto, relajar la tensión y, finalmente, el éxito en forma de megacontrato.

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