La Familia Real acudió a la madrileña clínica La Milagrosa para seguir de cerca la operación a la que hoy se somete el Rey para tratarle la hernia discal y la estenosis de canal que le ocasionan fuertes dolores y problemas de movilidad. Los Príncipes de Asturias llegaron al hospital pasadas las 15:20, y hora y media antes lo habían hecho la Reina y las infantas Elena y Cristina, así como el secretario de ambas, Carlos García-Revenga, en un coche aparte.
Recibidos a la puerta del centro por el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, los príncipes saludaron a los numerosos periodistas apostados en la entrada de la clínica tras bajarse de su vehículo, conducido por el propio don Felipe. A diferencia de la visita familiar que el monarca recibió tras su última operación, en noviembre pasado, cuando se le implantó una prótesis en la cadera izquierda, en esta ocasión el esposo de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, no acudió al hospital.
El monarca ingresó a las 11:40 horas, y dos más tarde llegaron a la clínica doña Sofía, doña Elena y doña Cristina, quienes entraron por la puerta principal, a diferencia del Rey, que lo hizo en un vehículo, por el garaje del edificio. La intervención, bajo anestesia general del paciente, había comenzado poco antes, minutos después de la una de la tarde, en uno de los quirófanos del centro sanitario, han confirmado a EFE fuentes de la Casa Real.
La Reina saludó a los numerosos periodistas, fotógrafos y camarógrafos congregados en la entrada de la clínica, donde les esperaba el jefe de la Casa del Rey.
La Reina y las infantas abandonan la clínica
Minutos antes de las cinco de la tarde, la Reina, las infantas y García Revenga abandonaban la clínica una vez la operación había concluido con éxito. La primera en salir fue doña Sofía minutos antes de las cinco de esta tarde. Los medios de comunicación presentes le preguntaron cómo estaba el Rey. La Reina contestó con un gesto de asentimiento justo antes de meterse en el vehículo.
Minutos después salieron García Revenga y las infantas Elena y Cristina, que se fueron en otro coche conducido por García Revenga. Algunas personas de tercera edad que se agolpaban a las puertas de la clínica aplaudieron a la Reina y las infantas cuando salieron.
Poco después, también el Príncipe y Letizia abandonaban la clínica. Ataviados con ropa de sport, los Príncipes se han parado a saludar y a estrechar las manos de los curiosos que se agolpaban a la entrada de la clínica y que les han recibido con aplausos.