Elena Cortés fue a los 18 años una indignada por la primera guerra de Irak, la de papá Bush, a la que el gobierno de Felipe González dio apoyo logístico sin ser llamado nunca asesino (Aznar era, claro, del PP), y se afilió a las Juventudes Comunistas en 1991 cuando se caía del todo el Muro de Berlín y se hundía el entramado del comunismo de la URSS.
A los 30 años, ya era concejal de Educación en Córdoba, pero ella no tenía acabada todavía la carrera de Sociología. Con el tiempo ha llegado a ser factótum del Partido Comunista y la número 3 de Izquierda Unida, de la mesa camilla o círculo rojo de Diego Valderas, actual vicepresidente de la Junta.
Habría que llamarla La Candelaria, por haber permitido que desde su casa sonase una bocina acompañada por una pancarta con un NO al paso de la Virgen del mismo nombre en la Semana Santa cordobesa de 2008, pero, fíjense cómo es la disciplina y cómo cambian las condiciones objetivas del marxismo que, al año siguiente, salió en una procesión religiosa con varal de mando y todo. Hay foto.
Antes de ser concejal, cuando la entonces alcaldesa Rosa Aguilar, rechazó una protesta contra los botellódromos, La Candelaria se concentró con otros en un botellón ilegal. En 2007, dijo que la bandera de España eran "trapitos de colores" y trató de que Aguilar, que era su enemiga en IU, exhibiera la bandera republicana en el Ayuntamiento, cosa que no consiguió. Cortés consideró también que "el ciudadano Juan Carlos", así llama al Rey, no estuvo afortunado cuando mandó callar al gorila rojo Hugo Chávez en una cumbre internacional.
Defendió que el Ayuntamiento de Córdoba participara en la exhumación de tumbas republicanas y para poner punto y seguido, digamos que el año pasado declaró que llevarse sin pagar un carro de 200 euros de Mercadona no es robar.
Asamblearia, entusiasta del mar y de nadar, al parecer sin guardar la ropa, se manifiesta a favor de los escraches y hace un Decreto expropiatorio para combatir los desahucios mientras su Consejería que ha desahuciado este año a 23 andaluces, queda exenta de las expropiaciones aunque tenga viviendas vacías. Practica el vale todo contra el PP, el enemigo único del manual de agitprop que tiene en la cabeza aunque este PSOE ya descompuesto por un maniatado Griñán debiera tomar nota porque para La Candelaria en el poder sólo puede quedar uno.