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Un clásico español: mujeres despechadas que 'cantan' en los juzgados

Múltiples escándalos de corrupción se destapan gracias al testimonio de una expareja resentida.

Desde tiempos inmemoriales es sabido que una mujer despechada es muy peligrosa. Sino que se lo pregunten Jordi Pujol Ferrusola, al ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz, o al exdirector general de la Guardia Civil, el propio Luis Roldan. Todos ellos tienen en común el haber sido investigados por las autoridades debido en parte gracias a que sus exparejas se sentían heridas o traicionadas por ellos y, por esa razón, ‘cantaron’ ante la jueces y policías.

El caso más reciente es el de Jordi Pujol Ferrusola, quien actualmente está siendo investigado por el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz. El pasado martes el instructor señaló que el primogénito de los Pujol llevó a cabo 118 operaciones financieras entre los años 2004 a 2012 a trece paraísos fiscales por valor de 32,5 millones de euros, aproximadamente.

Esta investigación judicial partió gracias al testimonio que su exnovia, María Victoria Álvarez, prestó en noviembre de 2012 ante los agentes de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal).

En aquella ocasión la joven manifestó que había ayudado al primogénito de los Pujol a sacar del país una mochila llena de billetes de 500 euros con destino a Andorra. Posteriormente, la Audiencia Nacional asumió dicha investigación al apreciar "obvias imputaciones delictivas" sobre Pujol Ferrusola. Pero Álvarez no ha sido ni la única ni mucho menos la primera en contar sus verdades ante un togado.

Otra de las mujeres que flaco favor hizo a su ex marido fue Maite Zaldívar. La ex esposa de Julián Muñoz, entonces alcalde de Marbella, alcanzó popularidad por sus frecuentes apariciones en programas televisivos del corazón, en los que ni corta ni perezosa relató cómo vio en sacar a Muñoz de su casa bolsas de basura llenas de billetes.

La razón de esta confesión no era otra que "la rabia" que sintió al conocer de la infidelidad de su esposo con la cantante Isabel Pantoja. Posteriormente, durante el juicio de la operación Malaya, Zaldívar trató de desdecirse y aseguró ante el tribunal que no sabía de donde procedía el dinero de Julián Muñoz aunque suponía que de actividades políticas y de negocios inmobiliarios legales.

Ángeles Cimorra también fue una pieza clave a la hora de destapar la fortuna de su ex marido Luis Roldán. Gracias a su declaración ante la juez Ana Ferrer la Justicia supo que el exdirector general de la Guardia Civil ingresó en sus cuentas corrientes del BBV en Madrid centenares de millones de pesetas en decenas de talones emitidos por las constructoras Huarte, Cubiertas MZOV, Obrascón, Lain, Sierra Comendador y Aspica, favorecidas todas ellas con obras de cuarteles de la Guardia Civil.

Sin embargo, también hay esposas que optan por la discreción y por la defensa de los negocios de sus maridos aunque esto les valga una imputación judicial. Es el caso por ejemplo de Ana María Tejeiro, mujer del exsocio de Iñaki Urdangarín, Diego Torres, imputada en el caso Nóos o de la esposa de Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, acusada en la trama Gúrtel de un delito contra la Hacienda Pública.

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