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El Gobierno admite en privado el malestar por la irrupción de Aznar

El Gobierno evita el cuerpo a cuerpo mientras el entorno de Aznar justifica el tono y el fondo: "Ya era hora".

El Gobierno evita el cuerpo a cuerpo mientras el entorno de Aznar justifica el tono y el fondo: "Ya era hora".

El Partido Popular suele temblar cada vez que José María Aznar toma la palabra y, después, analiza al detalle sus palabras, siempre buscándole una lectura interna. Pero lo ocurrido este martes marca un punto de inflexión. Pasadas unas pocas horas de su entrevista de Antena3, en Moncloa y en Génova intentaban recuperarse de la conmoción inicial. Algunos todavía no lo conseguían: "Todavía estoy dándole vueltas" a sus palabras.

Las llamadas se cruzaron hasta altas horas de la noche. El entorno del expresidente justificó el tono y las formas: "Ha dicho lo que tenía que decir, ni más ni menos. Ya era hora". El Gobierno, en una primera lectura, intentó disimular su enfado: "España vive un momento muy difícil" y, partiendo de esta base, "agradecemos todas las aportaciones que se puedan hacer para que el país vuelva a crear empleo y a crecer", contestó Soraya Sáenz de Santamaría en el Congreso. No se mojó más. Si bien, en privado, fuentes del gabinete reconocen su malestar con la irrupción de Aznar ante una audiencia millonaria.

Al abrigo de las declaraciones de la vicepresidenta, y del propio estilo del presidente, el gabinete enmudeció. "Respeto cualquier declaración que haga el presidente de honor de mi partido", fue lo único que dijo Alberto Ruiz-Gallardón, que mantiene una histórica relación con Aznar y su familia -con Ana Botella, por ejemplo, habla todas las semanas-. La mayoría de ministros guardaron silencio, mientras que Cristóbal Montoro, al que su otrora jefe metió un auténtico rejonazo, se defendió: "Las añoranzas melancólicas para otro día", apostilló, no sin afirmar que aún no se pueden bajar los impuestos.

En el PP, oficialmente, no tienen nada que añadir "a las palabras del presidente". Nadie de la dirección se ha pronunciado, aunque el ala más marianista habla en privado de "irresponsabilidad". En los pasillos, algunos daban su opinión: "El paso del tiempo es inexorable. Él y todos los que estuvimos con él nos sentimos muy orgullosos de aquella etapa, pero las cosas se van para no volver", declaró Jesús Posada, presidente del Congreso. "Él ha decidido dedicarse a otras cosas", aportó al debate otro histórico, Vicente Martínez Pujalte.

No es novedad que las palabras más gruesas llegaran desde el PP vasco: "Zapatero se consolida como mejor ex presidente de gobierno", espetó Borja Sémper, nuevo portavoz del Grupo en la Cámara de Vitoria, en las redes sociales. Un portavoz de Génova lo desautorizó: "Aznar es nuestro presidente y levantó a España en un momento crítico, y eso lo tendremos siempre en cuenta".

Ahora bien, sobre la posibilidad de su regreso a la política activa, las fuentes consultadas lo descartan, en principio. Aunque con cautela, porque pocos esperaban el nivel de su entrevista y "todo puede pasar en esta vida". Rajoy dio una orden desde Bruselas: no hablar más del tema, a la par que se reafirmó en su política económica.

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