El Mundo anuncia que "Rajoy nombra a Santamaría para coordinar la política económica". A Pedro J. no le parece nada bien. Es más, le parece fatal. "Estamos ante una delegación de poder sin precedentes en la democracia. Nunca un vicepresidente, o vicepresidenta, se responsabilizaron a la vez de las áreas política y económica (…) El reforzamiento de Sáenz de Santamaría debilita las posiciones de Montoro y De Guindos" y además la muchacha "carece de suficientes conocimientos técnicos en materia económica". "Parece que Rajoy ha optado por resolver un problema según los criterios de adaptación y comodidad que ya nos son familiares".
Federico Jiménez Losantos también critica a Rajoy. Él por unas prepotentes declaraciones de este fin de semana. "Si Rajoy tuviera la humildad de hablar con un psicoanalista sobre su discurso barcelonés anunciando el fin de la ‘histeria’ y del ‘apocalipsis’ en las críticas a su política económica, que, según dijo, empezará a cosechar frutos este martes, sabríamos qué clase de trastorno psicológico padece". No caerá esa breva, Federico. Y eso que Federico está convencido de que tiene un "serio trastorno" y lo demuestra que llame "histéricos a los que denuncian una situación que ha llevado a España a 6,2 millones de parados". Los parados, advierte Federico al presi, "no son histéricos que huyen del trabajo. Son víctimas de un doctor cuya histeria se manifiesta negando la gravedad del enfermo que debe tratar".
Cuenta El Mundo que "la irrupción de Aznar facilita el pacto". Y es que resulta que "algunos han aconsejado el acercamiento al PSOE para neutralizar al expresidente". Caramba, pues sí que le tienen miedo.
El País viene hoy llamando a la rebelión contra la UE. "Los grandes países europeos se resisten al dictado de Bruselas. Los socios dan la espalda a numerosos recomendaciones". También el periódico de Prisa habla de los expresidentes. "El gurú, el enojado y el discreto". ¿Quién es quién? Bingo. González, Aznar y Zapatero. De éste último nos cuentan que "se ha reconciliado consigo mismo" y "duerme a pierna suelta", el tío. Está feliz como una perdiz desde que Rajoy ha demostrado que "no es capaz de reflotar" la crisis. Eso “le redime en cierto modo. Una especie de mal de muchos...”. De González, qué va a decir El País de Felipe, solo buenas palabras. Que él "no va a perjudicar con sus palabras a su país", como otros. "Si Rajoy le llama va y si puede ayudar con su influencia y sus contactos, ayudará". Si es un sol, hombre. Y Aznar, puaf, Aznar. "Está eternamente enfadado. Es un líder civil uniformado" que se “revolvió como un león enjaulado contra propios y extraños”.
ABC abre su portada con violencia domestica. "Los maltratadores serán vigilados cinco años tras quedar libres. El Gobierno reactiva la lucha contra una lacra que lleva 23 víctimas mortales en 2013". Al contrario que El País o El Mundo, ABC ve que "el gran acuerdo se desvanece". José María Carrascal, de natural desconfiado, tiene la mosca detrás de la oreja. "La actitud hacia Rajoy por parte de la oposición ha ido de la descalificación absoluta a pedir un pacto con él", dice escamado. "Empezaron cachondeándose de él, tachándole de gandul, tumbado en su hamaca, con el eterno puro en la boca (…) Un grandullón que no tenía ni media bofetada". Y ahora, míralos, "ya no hablan más que de gran pacto. Hasta El País tiñe de azul su portada. ¿Por qué?". Umm, aquí hay gato encerrado.
La Gaceta da la voz de alarma. "Argentina expulsa a Colón". Resulta que la Kirchner ha ordenado "desmontar la estatua del descubridor frente a la Casa Rosada y cambiarla por la de una guerrillera boliviana, financiada por Evo Morales". Ya hay que ser caprichoso. El periódico de Intereconomía tiene un disgusto morrocotudo. "Los monumentos no son objetos sin alma, sino la memoria perfecta del devenir de una ciudad y de sus habitantes". Y además, "la gesta española en América merece el monumento". Una desalmada, esta Kirchner.
La Razón dice que "Rajoy quiere homologar altos cargos y sueldos en todas las autonomías" dentro de la famosísima y anunciadísima reforma de la administración que nunca llega. Hasta Marhuenda le mete prisa a Rajoy. "Es una medida fundamental que, sin duda, provocará airadas reacciones en algunos gobiernos autonómicos y críticas generales en todos. Pero no hay más opción que sacarla adelante; de lo contrario, la reforma corre el riesgo de quedarse en simple declaración de intenciones". Oye, a lo mejor viniendo de una voz amiga Rajoy tiene la deferencia de escuchar a los pobres mortales.