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Rajoy y Rubalcaba escenifican el nuevo clima político con un despacho en Moncloa

En principio, no habrá comparecencia de prensa conjunta.

En principio, no habrá comparecencia de prensa conjunta.

Finalmente, habrá fotografía entre el presidente y el líder de la oposición para certificar el nuevo clima político entre ambos. La última vez que Alfredo Pérez Rubalcaba acudió a la Moncloa fue un viernes por la tarde a pocas horas de la final de la Copa del Rey de fútbol, casi de tapadillo. En los círculos populares destacaban el escaso peso de la cita. Ahora las cosas han cambiado, y la instantánea cobra mucho más valor para la Moncloa.

Mariano Rajoy recibirá al jefe del PSOE a las seis de la tarde. En principio, no habrá comparecencia conjunta; sólo están convocados medios gráficos. La cita se conoce después de que el Rey, en un almuerzo del Consejo de Estado que presidió de forma excepcional, mediara en la víspera para que no limiten el acuerdo a la posición española en el Consejo Europeo de la próxima semana. Desde Zarzuela quieren favorecer un clima de entendimiento para sellar pactos en otras materias como la reforma de la administración o la de las pensiones.

Para el presidente, la clave en la construcción de esta nueva relación está precisamente en las pensiones. De hecho, las fuentes consultadas consideran que éste será el asunto capital de la reunión. "Estamos hablando con todos, también con los sindicatos. Siempre de forma discreta. Lograr un acuerdo sería fundamental para dar una imagen de unidad a los españoles y a la Unión Europea", aducen. En el Gobierno no las tienen todas consigo, pero admiten que la relación entre Rajoy y Rubalcaba es buena.

En la sesión de control al Gobierno de este miércoles volvió a quedar de manifiesto que atrás quedaron los rifirrafes a cara de perro. Rubalcaba ya no pide la dimisión del presidente, más bien al contrario. En esta ocasión, abordó a Rajoy por la I+D+I para reclamarle que no "desprecie" a la comunidad científica ni tampoco "les castigue" ni "expulse". Sus palabras más gruesas fueron para protestar por la reforma laboral: "Ganar en competitividad no significa bajar sueldos", afirmó. De nuevo, tanto el fondo como el tono de su pregunta fueron muy light. Mariano Rajoy se limitó a contestar que aumentará la cuantía presupuestaria para este cometido en cuanto la situación de crisis dé un respiro.

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