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Wert: "No voy a seguir en política y no tengo miedo del coste de mis ideas"

El ministro ha reconocido que no le gustan los abucheos y pitadas permanentes que le dedican, aunque no tiene miedo al desgaste político.

El ministro ha reconocido que no le gustan los abucheos y pitadas permanentes que le dedican, aunque no tiene miedo al desgaste político.

El ministro de Educación consiguió llenar el salón del hotel Villa Magna de Madrid, donde este jueves por la mañana acudió invitado a los Desayunos de Informativos de Europa Press. Le arroparon dos ministros más del Ejecutivo de Mariano Rajoy: Alberto Ruiz-Gallardón y Fátima Báñez.

Allí José Ignacio Wert volvió explicar los objetivos de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), reforma que le ha supuesto un alto coste personal y político; más alto del que supuso en un principio. Calculó "mal sus fuerzas" y exageró sus "capacidades", pero hubiese aceptado igual el encargo que le hizo el presidente del Gobierno si hubiera sabido en su día la "intensidad decibélica" de las protestas, que, reconoció, le molestan. "Sería un imbécil si dijese que siento satisfacción" por los abucheos que le dedican en cada acto público al que asiste.

Pero no siente "miedo", afirmó. "No tengo ambiciones políticas, ni voy a seguir" dedicado a ella una vez que termine su proyecto, señaló Wert. "Sabía que hacer una reforma educativa encuentra siempre muchas resistencias, que generalmente acaban polarizándose en la persona a la que le toca ese encargo", pero decidió que, puesto no tiene "ambiciones políticas de ningún género y puesto que yo no voy a seguir en política después de este empeño", aceptarlo. "Yo creía en mis ideas y no tenía miedo del coste que podían suponer".

"Más del 60% de mi tiempo", a buscar consenso

No obstante, el ministro reconoció que "un pacto educativo", un "consenso" en esta materia "es muy deseable", pero añadió que él no ha "regateado esfuerzos para conseguirlo". Y afirmó: "Más del 60% de mi tiempo ha estado dedicado a eso, a deshacer prejuicios, malas interpretaciones o desconocimientos de lo que la ley decía".

Y aún así, volvió a recordar Wert, "no hemos recibido ninguna propuesta alternativa de las fuerzas sociales con las que hemos dialogado". "Sólo ha habido enmiendas de devolución, ninguna de proposición", por lo que deduce que la intención de los distintos grupos políticos es la de mantener el "statu quo", algo "inaceptable" para el titular de Educación. "No podemos resignarnos a un sistema que provoca la exclusión".

Entre la equidad y la excelencia

Como ejemplo de este diálogo de sordos puso el mantenido con los partidos catalanes a propósito de la cuestión lingüística. Igual que "las películas de los Hermanos Marx", dijo. "No voy a modificar mi posición" en este asunto, manifestó. Y es que Wert reiteró que lo que se busca es dar cumplimiento a la doctrina del Tribunal Constitucional y que el "castellano sea también" lengua vehicular en Cataluña. "No es cierto que se destruya la inmersión", afirmó. Y volvió a ofrecer a las grupos políticos catalanes la posibilidad de dar una propuesta alternativa.

También se refirió a las becas, la última polémica en su ministerio. Según dijo, por el afán "de preservar la equidad, hemos tenido que renunciar a becas de excelencia y nos ha dolido mucho".

Para el PSOE, "un coto cerrado"

Respecto al particular del Grupo Socialista, Wert se refirió a la intervención de Alfredo Pérez Rubalcaba en el debate parlamentario sobre los resultados del Consejo Europeo, porque se pronunció sobre el sistema de becas consolidado en España para afirmar que "el PSOE considera que la cuestión educativa es un coto cerrado, una cuestión de paternidad cerrada" y plantea por ello "una situación de absoluta resistencia" a la reforma.

"Rubalcaba, dirigiéndose a mí, dijo que yo estaba atacando la política de becas y a continuación dijo: 'rectifico, mi política de becas'. Si hay algo que me repugna en alguna de las formas que toma este debate es la personalización del debate. Aborrezco la expresión 'Ley Wert' y creo que nadie puede arrogarse la creación de un sistema educativo", dijo.

En su opinión, además, esta "absoluta resistencia a la reforma está muy pobremente argumentada". "No hay argumentos por parte de la oposición, sino afirmaciones apocalípticas sobre los efectos que va a producir (...) Así es muy difícil debatir y es a esto a lo que me refiero cuando digo que el diálogo con todas las fuerzas políticas ha sido muy frustrante porque no ha sido argumentativo. Frente al argumento lo que ha habido es descalificación", lamentó.

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