Entre cálidas temperaturas y paradisiacos paisajes brasileños, Álex P.G, alias "el turco", dirigía desde Río de Janeiro una extensa red de narcotraficantes. No lo hacía solo. Le acompañaba un compatriota colombiano que, al igual que él, estaba afincado en el país carioca y una segunda lugarteniente española, Sonia R.M, una especie de mujer fatal casada con un capo de la mafia italiana. Una especie mujer fatal que bien podría ser la protagonista de "La Reina del Sur", la popular novela de Pérez-Reverte.
Los tres controlaban un basto imperio. Compraban la cocaína en Colombia, la enviaban a España entre material industrial o en bolsas ocultas. Una vez en la piel de toro, los fardos se enviaban a cinco laboratorios donde se adulteraba. Estaban en Benalmádena, Córdoba, Boadilla del Monte, los barrios madrileños de Las Rosas y Entrevías. Una vez tratada, la droga se distribuía por Europa. Principalmente España, Italia y Francia. Los cuantiosos beneficios volvían a Brasil camuflados. Allí se blanqueaban comprando gasolineras. En total, y según las primeras estimaciones, la red había conseguido propiedades inmobiliarias por valor de 15 millones de dólares.
El primer revés a la organización comenzó hace unos meses, cuando el principal lugarteniente, Henry Alejandro R.G, conocido como "El Negro" murió acribillado en América. Él era el encargado de Panamá, Colombia y Uruguay. Al frente de la organización ya sólo quedaban dos: "El turco" y Sonia. "La Reina del Sur” también vio como su marido, el capo siciliano, era encarcelado. Ellos quizás no lo sabían pero la Policía ya estaba con el aliento sobre sus nucas. Desde 2010 seguían sobre sus pistas.
Finalmente, en plena canícula veraniega en Europa y con el llevadero invierno en el Hemisferio Sur, el Imperio construido sobre la droga cayó. Lo hacía en una macrooperación en la que participaban hasta cuatro cuerpo policiales; la Guardia Civil española, la DEA estadounidense, la Policía Federal Brasileña y la Policía de Aduanas y Fronteras Francesa. "El turco" y Sonia R.M eran detenidos junto con una "retaguardia" de 74 personas desplegados por los dos continentes y con diferentes nacionalidades desde la española a la iraní, pasando por la boliviana, colombiana o portuguesa. Además se han incautado media tonelada de cocaína, casi 600.000 euros en metálico, 10 armas largas y cortas y un fusil de asalto tipo AK-47 o siete vehículos de alta gama.