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El Gobierno niega que Bárcenas haya generado un debate sucesorio

El Gobierno rebaja el caso Bárcenas a una cuestión interna que no afecta a la imagen de país "estable". Rajoy destaca su legitimidad ante la UE.

El Gobierno se remitió a "los hechos" para negar tajante que la imagen de España se esté deteriorando. En su opinión, las bombas políticas y mediáticas de Luis Bárcenas no están afectado en los mercados: la prima de riesgo se mantiene y la deuda patria se coloca sin problemas. Esto es, las gestiones que se están llevando a cabo -por ejemplo, reuniendo a los corresponsales de medios extranjeros para tratar de parar la oleada de informaciones negativas sobre el país- están surtiendo efecto.

Esto no quiere decir que en el Ejecutivo no exista preocupación, pero sí que, de momento, los mensajes de "estabilidad" que lanzan desde hace días están sirviendo de cortafuegos. "Los hechos" que lo demuestran, según la vicepresidenta, es que el Tesoro colocaba este mismo jueves 3.063 millones de euros en bonos a tipos más bajos, que se haya rozado el equilibrio en la balanza comercia de mayo o la mejora paulatina de las exportaciones.

La idea a transmitir, pues, es clara: Bárcenas puede hacer mucho daño de puertas para adentro, puede minar la moral de todo el PP, pero el Gobierno sigue con la cabeza fría, aprobando sus reformas y transmitiendo al mundo que se puede confiar en España. El propio Mariano Rajoy insistió en esa imagen de estabilidad en una reunión que mantuvo con los ministros de Exteriores de la Unión Europea en Palma de Mallorca: "Es en las elecciones donde los pueblos legitiman a sus representantes", declaró, sin hacer -eso sí- referencia alguna a la corrupción política.

"No vamos a hablar de sustitución"

Si bien, en la arena política, Bárcenas volvió a monopolizar por segunda semana consecutiva la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A Soraya Sáenz de Santamaría le llegaron a preguntar si se ve como sustituta de Rajoy ahora que tanto se murmura -incluso en la prensa extranjera- sobre su posible caída: "Como no hay necesidad de sustituirle no vamos a hablar de sustitución", cortó rápidamente la vicepresidenta. "El presidente va a cumplir su mandato", zanjó, recordando que él mismo así lo había transmitido en los últimos días, por ejemplo a los principales empresarios del país en un almuerzo en la Moncloa.

A ojos de Sáenz de Santamaría, lo importante es que el Ejecutivo "tiene el mayor ritmo de reformas que ningún otro gobierno de la democracia". "Es lo que nos ha tocado hacer y lo vamos a seguir haciendo con Rajoy a la cabeza", enfatizó. En realidad, y pese al ruido generado por la posibilidad de una moción de censura, prácticamente nadie del Ejecutivo y el PP piensa que Rajoy podría no agotar la legislatura. Creen, de hecho, que optará a la reelección. No hay debates sucesorios, insisten en público y privado. Por si quedaran dudas, la portavoz remató: "Rajoy es el que nos da la confianza a los ministros, no nosotros a él".

Sin decisión sobre la comparecencia

Sobre la cuestión que ha protagonizado el debate parlamentario -la posibilidad de que el presidente comparezca en las Cortes para dar explicaciones-, el Gobierno continuó con su estrategia de no desvelar sus cartas. La presión interna, en este sentido, sí es real: no son pocos quienes creen que Rajoy debe dar la cara. Desde Moncloa, se afirma que Rajoy "comparecerá" pero no desvela el formato. Aunque ya desliza que será o en el Parlamento o en rueda de prensa pero que no utilizará ambas opciones.

Mientras tanto, la vicepresidenta tiró de argumentario: el presidente "ha explicado, explica y explicará cuantas cuestiones sean oportunas". El próximo día 24, en la Comisión Permanente, el Grupo Popular desvelará qué el veredicto, si bien la decisión se tomará evidentemente en Moncloa. Sáenz de Santamaría quiso contrarrestar la imagen de un presidente que se esconde: "Siempre, desde febrero -cuando se desvelaron los papeles de Bárcenas-, ha dado explicaciones".

Una respuesta del presidente que, en todo caso, será "ante los ciudadanos", se encargó de remachar Sáenz de Santamaría. El Gobierno quiere evitar a toda costa que cale la impresión de que Rajoy cede ante Bárcenas o la presión de los grupos de la oposición: "Rendirá cuenta ante los ciudadanos" frente "a la estrategia procesal o política de nadie", remató Sáenz de Santamaría.

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