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El día que Hitler quiso el Peñón y Franco se hizo el sueco

En un intento de desestabilizar a Churchill, Hitler planificó la conquista del Peñón.

En un intento de desestabilizar a Churchill, Hitler planificó la conquista del Peñón.

Gibraltar, la llave del Mediterráneo, ha sido, es y será objeto de deseo, debido a su importancia estratégica. El peñón es un punto vital para Reino Unido, que junto con Malta y el canal de Suez, forma el trípode que sostiene una ruta comercial de trascendental peso en la economía británica.

La Operación Félix fue el nombre dado al plan hispano-germano elaborado durante la Segunda Guerra Mundial (IIGM) con la intención de arrebatar Gibraltar a los ingleses. Fue programado para el 10 de enero de 1941, pero nunca llegó a ejecutarse. El plan de Adolf Hitler consistía en lanzar una ofensiva conjunta contra el Peñón, Malta y el Puerto de Alejandría con el fin de desestabilizar a Churchill y obligarle a firmar una paz conjunta, ya que, según sostienen algunos historiadores, Hitler siempre soñó en un mundo gobernado entre las dos potencias, Alemania e Inglaterra.

El oficial nazi que ideó el plan fue el General del Alto Mando de la Wehrmacht Alfred Jodl. El nombre de la operación lo sacó de las antiguas legiones romanas formadas por hispanos que habían luchado en Germania, las cuales eran conocidas por "Félix". En junio de 1940, la Alemania nazi de Hitler era dueña y señora de Europa. Mediante la llamada "Guerra Relámpago" arrasó en Bélgica, Holanda y Francia, firmando esta última un armisticio que dio lugar a la llamada Francia de Vichy.

España, ante el avance de Hitler hasta la frontera, cambia su posición en la Guerra de "neutral" a "no beligerante". El Estado Mayor advierte a Franco que tarde o temprano los choques entre las potencias europeas terminarían afectando al Mediterráneo, y con ello a España debido a su posición estratégica. Ante esto, Franco fortifica y refuerza las zonas consideradas especialmente sensibles a ser atacadas como eran el Protectorado marroquí, la zona limítrofe con Gibraltar y las islas Baleares.

Durante el verano de 1940, el Estado Mayor alemán aconsejó a Hitler la toma de Gibraltar, ya que consideraba que significaría la rendición de Reino Unido al no poder aguantar mucho tiempo sin su principal red de comercio y suministros. En el caso de que Churchill se hiciera fuerte y decidiera seguir con la ayuda de EEUU, los alemanes tenían planificada una invasión a Gran Bretaña, que finalmente fue la conocida "Operación León Marino" que significó una victoria decisiva para el bando Aliado, configurándose ésta como la mayor batalla aérea de la historia.

Churchill blinda Gibraltar

Tras la caída de Francia, Inglaterra era consciente del peligro y convirtió a Gibraltar en una auténtica fortaleza. Todas las zonas de entrada se llenaron de minas, se reforzaron las guarniciones, se llenó literalmente el Peñón de cañones antiaéreos y, lo más importante, se excavaron 48 kilómetros de túneles, además de convertir su antiguo aeródromo de emergencia en una base aérea.

El General Jodl sabía que de nada servía planificar una operación sin el apoyo de España. Franco debía de dar su visto bueno para que las tropas alemanas atravesasen la península para poder llevar a cabo el asalto. El III Reich envió a España una unidad de Inteligencia (OKW) al mando del Almirante Canaris. Realizaron observaciones en la zona colindante al Peñón, especialmente en la zona de la Línea de la Concepción.

A finales del verano de 1940 el III Reich mandó a su ministro de Exteriores reunirse con Franco para conocer las exigencias de éste por permitir entrar a la Wehrmacht para realizar la operación.

Mientras, Franco no llegaba a aceptar el trato de manera formal. Dentro de su ejecutivo existían dos corrientes contrapuestas, aquellos que estaban a favor de unirse a Alemania, como el Serrano Súñer, y otra vertiente favorable a los Aliados, que desaconsejaba entrar en el conflicto debido al estado lamentable del país después de una Guerra Civil.

España pedía para llevar a cabo la invasión el apoyo de los alemanes para defender las Islas Canarias de una posible ofensiva inglesa, numerosas posesiones en África de los franceses y la comida, el combustible y las materias primas que necesitara el Ejército español. Todas estas exigencias eran inadmisibles para Hitler, principalmente, porque estaba en plenas negociaciones con el mariscal francés Petain, quien no iba a permitir semejante robo. Muchos historiadores alegan que fue una estrategia lanzada por Franco para quitarse de en medio las presiones de Hitler, ya que el Ejército español no tenía entidad suficiente para hacerse cargo de todo lo que había pedido. Aún así los alemanes confiaban cerrar de forma fructífera la operación en una futura reunión bilateral con la dictadura española. Tras contactos entre Suñer y Berlín, llegó el famoso encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya el 23 de octubre de 1940. Dicho encuentro no sirvió para mucho.

Urge el ataque

En noviembre de 1940 Hitler piso el acelerador y empezó con los preparativos de la operación. Se seleccionó una División de Asalto formada por 16.000 hombres a la vez que se planificó un ataque conjunto por tierra, mar y aire. Además, otra División se desplegaría cubriendo la frontera con Portugal para evitar una posible reacción británica. El 15 de noviembre Súñer es convocado por Hitler en su residencia de Baviera para ultimar los preparativos.

El almirante Canaris fue clave en la decisión final que toma Franco de no intervenir. Canaris no era un oficial más del III Reich. Él, que no era miembro del partido nacionalsocialista, quedo horrorizado por la campaña desempeñada por las SS en Polonia. Organizó varias conspiraciones internas contra Hitler, siendo descubierto en la famosa Operación Valquiria, arrestado por las SS y ahorcado en un campo de concentración.

Franco no se atrevía a dar el paso, ya que no confiaba que Reino Unido caería una vez conquistada Gibraltar. Además, Canaris en contra de lo que el III Reich le pidió, desaconsejó a Franco seguir con la operación, advirtiéndole que la guerra sería larga y que el Eje no tenía todas las de ganar. Finalmente Hitler, ante la falta de decisión por parte de España de llevarla a cabo, desestimó la operación.

Los preparativos de la ansiada Operación "Barbarroja" soñada por Hitler en su Mein Kampf fue el límite temporal establecido por el III Reich para llevar a cabo la conquista del Peñón. La planificación militar ultimada en la Operación Félix nunca fue realmente desestimada por el régimen franquista, al pensar éste que era factible poder llevarla a cabo con éxito.

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