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No hubo chotis en la ciudad del tango

Jacques Rogge certificaban la defunción de una candidatura que quiso apostar por la austeridad, por un proyecto casi acabado.

Jacques Rogge certificaban la defunción de una candidatura que quiso apostar por la austeridad, por un proyecto casi acabado.
Decepción en la Puerta de Alcalá

A Buenos Aires las maletas llegaron cargadas de euforia y de ilusión. Hoy regresan a Madrid abatidas, sin el regalo que todos guardamos en ella cuando hacemos un largo viaje. El sueño olímpico pronto se tornó en pesadilla. Costó creer el empate y después la derrota en la primera vuelta. Los sentidos no daban crédito a la imagen de la decepción.

Parecía un macabro error. Pero no, las palabras de Jacques Rogge certificaban la defunción de una candidatura que quiso apostar por la austeridad, por un proyecto casi acabado y por la idílica defensa de los valores del deporte. Los miembros del COI parecen marcar el ritmo de otra forma y en sus mentes se vislumbran otros motivos que aún cuesta comprender.

La expectación en el cuartel general de la delegación española era máxima. Sólo la intensa lluvia que cayó durante el día en la capital bonaerense puso al principio la nota amarga de lo que finalmente acabó siendo el presagio de una historia con fatal desenlace. No estaba en el imaginario del deporte español. Había grandes esperanzas. "No nos explicamos lo que ha ocurrido. Hemos perdido una oportunidad, era aire fresco de alegría y de cambio", nos confiesa el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, que también se atrave a decir que en esta trama terminan prevaleciendo otros valores, como los económicos, más que los meramente deportivos.

Ahora toca de nuevo levantarse de las cenizas. Y Madrid ya acumula una montaña después del intento de 2012 y posteriormente del que hubo en 2016. "No sabemos lo que nos espera", comenta una emocionada Teresa Perales. Ella sabe muy bien lo que es vencer dificultades. La nadadora paralímpica más laureada del deporte español cree que "la derrota no es el fin de ninguna etapa". Y añade casi a modo de mantra: "hoy es normal que estemos tristes. Mañana será otro día".

Es el mañana que nunca llega, el horizonte que se aleja cada vez más cuando parece que por fin nos aproximamos a él. "Somos un gran país, tenemos que seguir adelante", es la reflexión de Cayetano Martínez de Irujo. Él ha venido a la capital argentina como presidente de la Asociación de Deportistas Españoles. Se lleva de regreso el peor salto de su carrera, el de perder, por tercera vez consecutiva, unos Juegos Olímpicos.

Hay lágrimas en Buenos Aires. Las deja el cielo de la ciudad, con tormenta sin descanso al alba. Agua incesamente, metáfora de una tragedia. Lágrimas de deportistas, como las de la waterpolista Jennifer Pareja. No ha podido tragar saliva desde que el COI anunció su maléfico escrutinio.

Es "de Madrid al cielo" y quiso ser también "de Madrid al Olímpo". La ciudad de Gardel, la que baila un tango cuando la Bombonera no ruge en el barrio de La Boca, se queda sin su chotis olímpico. Madrid regresa a Madrid en el viaje más triste de una ilusión.

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