Tal día como hoy, 11 de octubre, pero de 2005, Libertad Digital contaba en su portada las críticas de Loquillo a los artistas catalanes. Criticó que Cataluña tuviera "artistas mantenidos" e insistió en que "una sociedad democrática sin crítica no es sana y conlleva un funcionariado cultural enorme".
El músico recordó que "no hay crítica" en el teatro, en el cine o la música "por las subvenciones" y que "grupos catalanes, como Sidonie o Elefantes, deben ir a grabar aún a Madrid para ser reconocidos porque Cataluña tiene artistas mantenidos y el poder quiere que se la chupen".
Loquillo, que no dio ni un concierto ese año en Cataluña, denunció por ello que su existencia "es una actitud, no un milagro" en un país que "ve Gran Hermano y compra el disco de Melendi", por lo que se definió como "un francotirador" y un artista "barcelonés, que no catalán".
Seis meses después, José María Sanz, Loquillo, criticó en Santander la Cultura en España, a la que tachó de "sectaria" y dijo que sólo funcionaba "a golpe de talonario". Durante la presentación de la "Semana Loquillo", que organizó la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria en el centro cultural Modesto Tapia, atacó duramente la situación de la cultura en Cataluña, donde "desde hace 170 años mandan las mismas familias y así nada se puede cambiar".
Continuó diciendo que "vengo de un lugar donde la cultura está dirigida y politizada y no existen creadores". Para Loquillo, el "espectáculo que está dando la clase política" en Cataluña era de un "nivel bajísimo". En cuanto a su situación con respecto a la institucional "cultura catalana" que le ha dejado de lado, aseguró: "Ni me quejo, me han convertido en un héroe. Yo apuesto con mi dinero y no recibo subvenciones". Una forma de trabajar que, según él, te permite hacer lo que quieres y cuando quieres. El cantante también criticó que el Ministerio de Cultura "cada año subvenciona a los mismos", y recordó que "muchos compañeros en vez de creer en esto, ponen la mano. No se puede poner en duda al poder porque es el que paga".
Con el paso de los años la situación no ha parecido cambiar en Cataluña. En enero de 2012, en una entrevista a un periódico de tirada nacional, Loquillo declaró que no actuaba "conscientemente" en Barcelona y agregó que el Palau de la Música "ha perdido todo valor, últimamente allí actúa cualquiera".
Además dijo que "Cataluña cada vez es más provinciana y se está cerrando en sí misma. Todos los artistas importantes de allí ya grabamos fuera, incluso Sopa de Cabra". Por el contrario, elogió a la ciudad de Madrid, donde "se ven las cosas de otra manera y las cosas pasan ahí" porque "vas a los sitios y la gente está mezclada. En un bar tienes a un poeta, un director de cine y un músico a quienes ha mezclado la ciudad. Eso no pasa en Barcelona".
Por último, se mostró hastiado de lo que él define como sectarismo: "Me han acusado de neoliberal por dedicar un disco a Luis Alberto de Cuenca, que es más o menos lo mismo que llamarme maricón por haber musicado a Gil de Biedma".