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Rajoy no cambiará nada de su estrategia en Cataluña pese al discurso de Aznar

Para algunos, Aznar simplemente dijo "lo que piensan los votantes". Otros le tachan de "irresponsable". Moncloa zanja: "Nada cambia" sobre Cataluña.

Para algunos, Aznar simplemente dijo "lo que piensan los votantes". Otros le tachan de "irresponsable". Moncloa zanja: "Nada cambia" sobre Cataluña.

Si José María Aznar pretendía con su discurso de San Sebastián cambiar la hoja de ruta del presidente en Cataluña no lo ha conseguido. Al menos, así lo corroboran formalmente desde la Moncloa. "No cambia absolutamente nada", sentencian. "Dialogar todo lo que se tenga que dialogar" pero siempre respetando "el ordenamiento jurídico y la Constitución", es la estrategia, marcada por el propio Mariano Rajoy sólo horas antes del nuevo aldabonazo. Y añadió para tranquilizar: "No tengo ningún pacto ni extraño ni no extraño, ni cambio ningún cromo".

Claro que, en las distintas estructuras del partido en el poder, el diagnóstico de Aznar fue desmenuzado y analizado en tanto en cuanto el destinatario, a ojos de todos, es el presidente. Y, de nuevo, hubo dos sectores bien diferenciados. Quienes creen que se convirtió en "catalizador" de lo que piensa "la gran mayoría de los votantes" y los que, en cambio, no dudaron en tacharle de "irresponsable" en "un momento complejo y difícil".

Si algo se le debe reconocer a Aznar es su capacidad de generar debate interno y remover conciencias. Oficialmente, Alfonso Alonso -miembro de la ausente dirección del PP vasco en el acto dónde pronunció su discurso- trató por todos los medios de negar discrepancias y limitar lo sucedido a una "cuestión de estilo". Lo importante, repitió una y otra vez, es que "no hay visión distinta" sobre la unidad de España "y los ciudadanos lo saben y lo perciben así".

"Que Rajoy y Aznar son muy distintos es evidente" pero "piensan lo mismo", llegó a replicar en una comparecencia en la que la andanada prácticamente monopolizó las preguntas. "Yo creo que, en el fondo, lo que quieren ustedes es que critique Aznar", ironizó. Incluso afirmó que no había "cuestión" en el hecho de que la representación del PP vasco quedara sustentada por un presidente provincial.

Alonso quiso de desviar el tiro, pero el debate estaba ya en el mismísimo corazón popular. Tanto que, en privado, un diputado utilizaba sus propias palabras para replicarle: "Dice que los ciudadanos saben nuestra postura sobre Cataluña pero eso no es verdad. ¡Pero si ni tan siquiera la sabemos nosotros!", y esta situación "nos aleja cada vez más de nuestros electores, que no entienden nada de lo que hacemos".

González pide "reaccionar" ante el separatismo

Terció en el debate Ignacio González, barón en alza precisamente por la claridad de su discurso. "Nadie puede poner en cuestión la soberanía nacional ni mucho menos pretender decidir unilateralmente algo que nos corresponde a todos", argumentó para reclamar a renglón seguido "contundencia". Así, no sólo abrazó la tesis de Aznar -"No es virtud del Estado dejarse desafiar", pronunció- sino que llamó a "reaccionar con el peso de la ley y de la Constitución con toda claridad" frente a quienes "están planteando una ruptura de la soberanía nacional".

Para Carlos Iturgáiz, histórico del PP vasco hoy eurodiputado, las palabras de Aznar fueron "fantásticas, intachables y muy en el momento adecuado". Como prueba, apuntó en esRadio, "las reacciones de los nacionalistas y el PSOE", que salieron en tromba a criticarle. Frente a esas críticas, se quejaron algunos próximos a Aznar, de nuevo "silencio" de la dirección nacional.

La consigna fue la de intentar apagar el incendio cuanto antes. Para Moncloa y Génova, el toque de atención de Aznar sólo sirve de munición para la oposición y para dividir a la formación. Pero, quienes escucharon al expresidente y se identificaron con él, reclamaron analizar "el fondo" de su discurso. Y, en privado, diputados pero también miembros de otras estructuras del PP confiesan echar de menos esa claridad: "Imagínate a Rajoy diciendo exactamente eso. Hoy el partido estaría detrás con él, con toda la fuerza", en voz de un cargo medio.

Moncloa: Rajoy sabe lo que hace

Desde el Gobierno, Alberto Ruiz Gallardón buscó templar la situación. En su opinión, no había crítica a Rajoy en las palabras de Aznar sino "una convocatoria a que todos los que creen en España estén unidos en defensa de la Constitución". No obstante, la frase que más escoció en los círculos gubernamentales fue la última de las pronunciadas: "El silencio puede dañar a la verdad tanto como la mentira misma".

En todo caso, nada se prevé que cambie en la postura de Rajoy, que estará el 23 de octubre en la ciudad Condal. Los suyos dicen que lo tiene todo "muy claro" y que, en ningún caso, pasará a la Historia como el presidente "de la ruptura de España". Aducen que "las leyes están muy claras" y la línea roja no se traspasará, Tribunal Constitucional mediante. Pero de ahí a endurecer el discurso hay un trecho, más para un declarado enemigo de las estridencias: "Mano tendida al diálogo, siempre", es la respuesta oficial de Moncloa.

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