El alcalde de Toledo y posible aspirante a la secretaría general socialista, Emilio García-Page, considera que "la gente" está reclamando a su formación política "un cambio de liderazgo" y que la Conferencia Política que el PSOE celebrará la próxima semana debe servir para "certificar que hemos hecho la digestión de la derrota y del zarandeo electoral".
En un entrevista en el diario El Mundo, asegura que "la pelota para no desangrarnos electoralmente está en nuestro tejado y debemos presentarnos como una alternativa ante la sociedad", para lo que su partido debería dar "un giro de 180 grados", con cambios de "propuestas, imagen y personas", aunque "sin renegar de nuestra historia" ni "dar bandazos ideológicos".
El dirigente socialista dice que está dispuesto "a jugar fuerte para que el PSOE encuentre su camino como el partido nacional que siempre ha sido", pero echa balones fuera ante la posibilidad de presentarse contra el actual líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, por la secretaría general de su formación política.
Emilio García-Page habla sin tapujos del desafío soberanista en Cataluña: "Artur Mas va a destrozar CiU, ha decidido inmolarse en el altar de la independencia y está en clave estrictamente personal. Aspira a que las futuras generaciones le reconozcan como un mártir de la independencia, pero no va a ser un héroe, y lo sabe, porque está llevando a Cataluña a un callejón sin salida".
También habla en el periódico de Unidad Editorial de la relación entre el PSOE y su partido hermano en Cataluña. "El debate sobre el derecho a decidir del PSC es más aparente y estéril que de fondo", dice, y se muestra partidario de "intentar entablillar la herida" interna "antes de usar el bisturí". "Yo defiendo el derecho a decidir, pero de todos los españoles", continúa, tras lo que añade que en la dirección federal "nadie discute" que sea así.
Por último, Emilio García-Page considera que al PSOE "se le castiga más que al resto" de los partidos políticos "por la corrupción" y apuesta por que los partidos tengan un departamento de Asuntos Internos, "similar al de, por ejemplo, la Policía, que se encargaría de detectar y prevenir los problemas de corrupción".