Agentes de la Policía Nacional han detenido a diez personas acusadas de falsificar y distribuir ilícitamente a gran escala medicamentos, sustancias anabolizantes, hormonas y esteroides. La Policía han intervenido miles de unidades de esos productos en once registros realizados en ocho domicilio y dos cuartos trasteros situados en las localidades de Palma de Mallorca, Calviá y Marratxí, dentro de la denominada operación Cóctel.
Además, los investigadores han incautado cocaína, marihuana, hachís, dinero, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, dos revólveres simulados, y documentación que está siendo objeto de análisis.
La trama estaba liderada por dos hermanos de nacionalidad búlgara, quienes fueron detenidos en una operación similar en verano de 2011. Constituían una organización perfectamente estructurada, dedicada a la introducción y distribución ilícita de todo tipo de sustancias dopantes utilizadas en el mundo del deporte amateur, muchos de ellos vinculados al culturismo y habituales de los gimnasios de la Isla.
También durante los registros la Policía intervino multitud de hologramas, etiquetas y envases vacíos, lo que apunta a que la organización pudiera estar falsificando los medicamentos para luego comercializarlos.
Sustancias para culturistas
Este grupo constituía la principal vía de entrada y distribución en Baleares de este tipo de sustancias, consumidas generalmente por culturistas, especialmente en fase de competición. La adquisición de estos productos en circuitos ilegales, ajenos a cualquier tipo de control sanitario, ante la imposibilidad de hacerlo por los cauces legales, conlleva un evidente riesgo a ocasionar graves perjuicios para la salud.
En general este tipo de sustancias se emplean en el culturismo por su acción hormonal androgénica para aumentar la masa muscular y rendimiento en ciertos deportes, estando prohibido su empleo en competiciones deportivas, y provocan resultados positivos en controles de dopaje.
Los investigadores descubrieron una segunda trama en la que estaban implicados cinco miembros de la organización, que se dedicaba a simular accidentes de tráfico para luego cobrar indemnizaciones de las compañías de seguros. La investigación ha sido desarrollada por agentes del Grupo de Crimen Organizado adjunto a la Jefatura Superior de Policía de las Islas Baleares.