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Cospedal: "Es el PP o la nada"

Argos, histórico del PP, desvela una conversación con Fraga: "Dile a Mariano que preserve dos cosas: la unidad del partido y la unidad de España"

"Dile a Mariano que preserve dos cosas: la unidad del partido y la unidad de España". Así se lo pidió el fallecido Manuel Fraga al histórico Carlos Argos, quien fuera secretario general de Alianza Popular. Y así lo hizo en un momento en el que esas dos máximas parecen tambalearse. El centro-derecha sufre una fisura cuya gravedad se calibrará en las elecciones europeas y la ofensiva separatista en Cataluña lejos de menguar, aumenta.

Con el envite del veterano, carnet número dos del PP, dio inicio una convención que tenía por objeto inicial vender la recuperación económica pero en la que pesó mucho más los mensajes puramente ideológicos. "Es el Partido Popular o la nada", zanjó María Dolores de Cospedal tras unas primeras horas en las que los portavoces de la formación criticaron de forma implícita a Vox y pusieron el acento en que los ausentes José María Aznar y Jaime Mayor Oreja no tienen intención alguna de dejar el partido.

"En el PP cabemos todos", afirmó Cospedal antes de citar expresamente tanto a Aznar como a Mayor. El expresidente "siempre será una referencia", buscó reconciliarse Javier Arenas. Juan Vicente Herrera parafraseó al exministro del Interior, del que no ahorró elogios: "Quienes construimos el centro derecha desde el 82 no podemos estar hoy en procesos de fractura".

Ni rastro del PP de Aznar

Claro que del PP de Aznar queda poco rastro en la convención del 2014. Los populares organizaron una exposición sobre la vida de la formación, y allí se puede ver al expresidente en momentos clave de su era política y en carteles electorales. Junto a él, viejas glorias: Rodrigo Rato, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana... Incluso una joven María San Gil. Todos ellos cadáveres políticos y que, por supuesto, no están hoy con Mariano Rajoy en Valladolid. "Aznar es parte de nuestra historia. Sacó a España de la crisis y la convirtió en un milagro económico. Pero es eso, historia. Ahora nos toca a otros", argumentaba un declarado marianista.

Entre los dirigentes existía la extendida teoría de que la reconciliación hoy es prácticamente imposible. "Cospedal ha citado a Aznar, sí, pero lo ha hecho para dejar claro que no estaba", en opinión un diputado veterano. "Algunos esperábamos algo más de cariño", insistía otro. Desde la dirección nacional se admite el enfado con Aznar: "Ha querido ser protagonista sin estar". Y en los pasillos, el PP que nació en el 2008 se hizo fuerte frente a "los históricos".

El golpe de efecto lo dio Zoe Nubla, una joven concejal de Baracaldo que no dudó en ensalzar la figura de Arantza Quiroga y reivindicar la memoria de Gregoria Ordóñez y Miguel Ángel Blanco. Recogió el testigo Diego Bengoa, el alcalde de Ezcary (La Rioja), que no tuvo dudas en cargar contra Vox: "Algunos se creen que se puede montar un partido con una oficina en Madrid", se jactó. Previamente, Carlos Floriano se revolvió contra quienes mienten "para arrancar un puñado de votos".

En el PP esperan que no haya más deserciones y por ello se llamó a la unidad sin cesar. El histórico Argos, miembro del gabinete de Fraga, alertó de los riesgos de la ruptura: "El PP es un partido surgido de una pasión, de la pasión de un hombre por servir España y, como dijo en cierta ocasión don Manuel: 'si nos dividimos, estoy seguro de que fracasaremos'". Y aún insistió: "Si todos somos del PP tendremos ganadas y aseguradas las victorias del futuro".

Cospedal, que elogió tanto a Fraga como a Rajoy pero se olvidó de Aznar, se sumó a la tesis de la unidad ante la atenta mirada del presidente: "Todos", "juntos", "unidos", fueron las palabras más repetidas por la número dos de los populares. "El PP somos todos y existimos por los 47 millones de españoles, porque todos vosotros, todos nosotros somos el PP", se reafirmó.

"El PP aglutina a la mayoría natural española que está en el centro, un partido de centro derecha en el que cabemos muchos, cabemos todos aquellos que pensamos que la democracia se tiene que asentar fundamentalmente y se tiene que centrar en la defensa de las personas", fue su argumento central. Esto es, frente a quienes reclaman un discurso más firme, Rajoy se seguirá guiando por la moderación para no perder ese centro que, creen sus asesores, le permitirá ganar las elecciones europeas.

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