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El Ejército registra un aumento de solicitudes de jóvenes catalanes

La última convocatoria de empleo de Defensa desborda las previsiones de alistamiento en Cataluña.

El Ejército tiene tirón en Cataluña. El pasado 8 de febrero se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la convocatoria de plazas para toda España y se cuentan ya por centenares los jóvenes catalanes que se han interesado por esta oferta de empleo, ya sea a través de internet o directamente en las subdelegaciones de Defensa de las cuatro capitales catalanas; en especial en el área de reclutamiento de Barcelona.

De las dos mil plazas convocadas, 123 corresponden a Cataluña, donde el proselitismo antiespañol no ha conseguido, por el momento, que el Ejército sea visto como una institución "non grata". El mejor ejemplo de la "popularidad" de las Fuerzas Armadas es el caso de la localidad ilerdense de Talarn, donde el alcalde, de ERC, no cejó hasta conseguir que la escuela de suboficiales se quedase en su población, por mucho que el discurso nacionalista incluya a los militares entre las "fuerzas de ocupación", junto a los escasos efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional que permanecen en Cataluña.

Dicho alcalde, Lluís Oliva, no sólo adujo razones económicas para pedir la permanencia de las instalaciones militares, sino que aludió a los lazos afectivos entre la institución y los habitantes de Talarn. Su militancia en ERC no ha sido óbice tampoco para que participe en ceremonias castrenses como la entrega de despachos de suboficial en compañía de la Delegada del Gobierno, Llanos de Luna.

En el caso de las convocatorias de plazas para el Ejército, los jóvenes catalanes resultan especialmente sensibles, contra todo pronóstico y contra la actividad de ocultación sistemática de las actividades militares que se realizan en Cataluña. De hecho, la relación entre los organismos de Defensa y los centros de enseñanza secundaria, que es habitual en otras partes de España, es prácticamente nula en Cataluña, por lo que las ofertas de empleo militares no constan entre las opciones laborales de los jóvenes canalizadas por la Generalidad. Tampoco es partidaria la administración autonómica, a diferencia de algunos ayuntamientos, de dar demasiada publicidad a la colaboración militar en incendios, inundaciones y nevadas. En algunos casos se ha llegado a pedir incluso que la intervención del Ejército fuera "sin uniforme".

A pesar del clima político oficial, el año pasado fueron casi 1.500 los jóvenes catalanes que optaron a las 1.500 plazas ofertadas para toda España, con lo que sólo con ellos se habría podido cubrir teóricamente toda la oferta de empleo militar. En esta ocasión y con sólo un par de semanas de convocatoria, la afluencia de jóvenes al cuartel del Bruch de Barcelona en demanda de información ya es notable, pese a que el mayor número de peticiones de información o cita se hace a través de internet, con lo que es previsible que se supere el número de peticiones del año pasado.

Para Cataluña, donde cualquier actividad del Ejército (sean maniobras, ejercicios, juras de bandera o simples desplazamientos de personal) está bajo la lupa del nacionalismo, el mayor contigente de plazas se ha convocado en el Regimiento de Cazadores de Montaña "Arapiles"; 77 plazas en San Clemente de Sescebes (Gerona), y 38 en Barcelona, en el cuartel del Bruch. También hay plazas convocadas para el Ejército del Aire, cuatro en el acuartelamiento aéreo de El Prat y seis en el escuadrón de vigilancia aérea número 4 de Rosas, en Gerona.

En algunos casos, las oposiciones militares son una forma como otra cualquiera de esquivar el paro, según la retórica nacionalista, pero muchas de las plazas requieren perfiles académicos y técnicos que dejan en un segundo plano, también en Cataluña, las razones relacionadas con la crisis para explicar el poder de convocatoria del oficio de militar.

Desde Defensa se aduce además que las formaciones militares que se obtienen son homologables, convalidables o equivalentes a titulaciones civiles. En el caso catalán, uno de los hechos diferenciales es que en los ciclos de Bachillerato y Formación Profesional, la orientación académica y laboral de los estudiantes elimina cualquier alusión al Ejército. Con todo, el "stand" de las Fuerzas Armadas que cada año se instala en el Salón de la Enseñanza de la Feria de Barcelona es el más visitado por los escolares. Seguramente sea la única oportunidad que tienen de obtener con garantías toda la información de la oferta educativa militar, en especial la de perfil universitario y la de formación profesional.

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