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El Príncipe se despide de Barcelona con el encargo de "facilitar el diálogo entre Cataluña y España"

Reconciliación entre Lara y Godó con don Felipe como testigo. Los empresarios implican al heredero en el 'problema catalán'.

La cena del Príncipe Felipe con los empresarios del Foro Puente Aéreo, en la casa del editor de La Vanguardia, el conde de Godó, ha supuesto la "institucionalización" del proceso separatista. Durante los tres días que ha durado la visita del príncipe a Cataluña, la coartada del Mobile World Congress no ha soportado la carga política del viaje.

El balance arroja muchas sombras y pocas luces. De entrada, el presidente de la Generalidad, Artur Mas, colocó su mitin sobre la "vieja nación europea" en la cena inaugural. Al día siguiente, la Generalidad jaleó al independentista que negó la mano a Felipe y corrió a contarlo. Por si no fueron suficientes las muestras de complicidad y amplias sonrisas con el "emprendedor" independentista del propio Artur Mas y el consejero Felip Puig, este martes remató el montaje el portavoz autonómico, Francesc Homs, quien no dudó en calificar el único incidente público de la visita del Príncipe como un síntoma del "malestar latente de la sociedad catalana", encarnada a los efectos en Àlex Fenoll, fundador de una web, ex dirigente del partido de Laporta, activista del proceso y acreditado por la Generalidad en la Feria en el capítulo de empresas catalanas del sector.

Para redondear el viaje, algunos de los más importantes dirigentes empresariales de Cataluña enarbolaron el inmovilismo de Rajoy y la necesidad de diálogo (la teoría de Duran) para ilustrar al Príncipe sobre la deriva del proceso. Y eso, pocas horas después de que Rajoy explicara en el Congreso que Mas sólo quiere dialogar sobre la consulta, lo cual parece un impedimento insalvable. Los empresarios, en general, no opinan lo mismo. Creen que Rajoy debería ofrecer alguna salida a Mas, mejorar sustancialmente la financiación de la Generalidad y retirar leyes como la de Wert, que ofende a la "comunidad educativa" catalana, para rebajar la tensión, pinchar el suflé y encauzar la política en Cataluña. El peso de la responsabilidad de esta situación, según la tesis más extendida, recae por completo en Rajoy.

Entre los empresarios citados en casa del conde de Godó destacaban los bancarios Nin y Oliu, Villar Mir y Rodrigo Rato, Luis Conde (el anfitrión del mas Fonteta), José Manuel Lara, Salvador Alemany (las gafas que asoman sobre la coronilla del príncipe en la instantánea de Efe), el abogado Emili Cuatrecasas (el que dijo sentirse español y catalán delante de Mas), Rosell, Gay de Montellà y Enrique Lacalle, el expolítico del PP catalán que está al frente de los salones inmobiliarios y logísticos, impulsor y verdadero animador de estos encuentros, definidos como "cenas entre amigos".

En el de anoche, sólo se habló del tema catalán, de lo de Cuatrecasas y el chusco episodio en el Liceo (se le llegó a reprochar que faltaba al respeto a las instituciones catalanas por cerrar el acto después de que hubiera hablado el "president") y de la mano negada al Príncipe, un capítulo que los asesores de Don Felipe han intentado ocultar pese a que la coincidencia general es que el incidente provocado por la Generalidad ha reforzado la imagen del Príncipe y se ha vuelto en contra del separatismo.

La noche sirvió también para constatar dos significativas ausencias, la de Miquel Roca, socio fundador del Foro Puente Aéreo, y la de César Alierta, figuras notables de un grupo ya conocido en algunos círculos como los "cuarenta principales". Y la cena fue el marco de la reconciliación en público de Javier Godó y José Manuel Lara, que andaban en tiranteces a cuenta de algunos artículos publicados en La Razón sobre La Vanguardia, en los tiempos en los que la dirigía José Antich. El entonces director del diario barcelonés asistía como miembro de pleno derecho a los encuentros del Foro, con el conde, grande de España, a su lado. No ha sido el caso esta vez de Màrius Carol, sustituto de Antich.

La preocupación empresarial ante el proceso separatista y la gestión del "problema catalán" por parte de Rajoy fueron las principales conclusiones que pudo obtener el Príncipe en la cena, que comenzó a las 20:30, un horario casi europeo. También destacó, según algunos presentes, la insistencia con la que Godó se mostró contrario al proceso desatado por Mas y que hasta hace pocas semanas era pauta editorial en su diario. No obstante, el recado para el Príncipe fue que "facilite el diálogo entre Cataluña y España".

Don Felipe abandona este miércoles Cataluña. Lo hace en el Monasterio de Poblet, donde preside una reunión de la comisión del bicentenario del General Prim. La foto con los empresarios en casa del conde contrasta con la imagen proyectada por el "cara a cara" en el salón de los móviles con el "manco" Fenoll.

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