Lo de la "deuda histórica" de España con Andalucía sigue el camino de nunca acabar porque interesa a la estrategia de confrontación de la Junta de Andalucía. El abandono de Andalucía, algo real y objetivo, en los presupuestos del Estado durante casi un siglo, quiso ser compensado en la transición política equiparando su nivel de infraestructuras y servicios -muy distantes de los de las regiones desarrolladas-, con cantidades de dinero anuales que, por ejemplo, ningún gobierno de Felipe González jamás dio.
Pero la llegada de José María Aznar al gobierno fue la ocasión aprovechada por Manuel Chaves, entonces presidente de la Junta, para la reclamación de una deuda histórica que nunca reclamó a González. Aznar pagó 20.000 millones de pesetas, la cifra que anotaron en una servilleta dirigentes del PSOE e IU pero no terminó ahí la historia. Al final, Zapatero intentó acabar con la cuestión pagando menos de lo que se llegó a pedir a Aznar y de ello, la mitad lo aportó en solares sobrevalorados que la Junta no ha logrado vender cuatro años después.
Ahora, la exigencia de pago de la "deuda histórica" se reviste de agravio en el sistema de financiación autonómica. Según la propia Junta, Andalucía ha dejado de percibir 2.800 millones entre 2009 y 2011 que, en su opinión le correspondían. De ser ciertos los datos, sencillamente por las fechas se deduce que el origen de la deuda fue el sistema de financiación que instituyó el gobierno Zapatero con el apoyo de la Junta de Andalucía. Ahora, esta, gobernada ahora por PSOE e IU, quiere que el gobierno Rajoy seas quien haga frente al estropicio.
Arenas y Valderas, contra el modelo Zapatero
En 2009 Andalucía recibió 1.887 euros por habitante, cuando la media de la comunidades era de 2.023 euros; en 2010, 2.256 frente a 2.335; y en 2011, 2.163, frente a 2.268. La Junta concluye que la región dejó de percibir 1.113 millones en 2009; 818, en 2010 y 870 millones en 2011. La cantidad resultante es poco más de 2.800 millones de euros.
Pero, como subraya adecuadamente ABC, fue el gobierno del PSOE en Andalucía el que defendió el actual sistema de financiación autonómica hasta que Rajoy ganó las elecciones. Griñán, cuando se aprobó en 2009, definió el modelo actual como "razonablemente bueno" y aseguró que el nuevo sistema reducía las desigualdades, proporcionaba suficientes recursos y aumentaba la responsabilidad fiscal de las comunidades. Otro ejemplo de su dignidad intelectual.
Pero Javier Arenas (PP) y Diego Valderas (IU), vaticinaron los efectos negativos que podía tener el modelo. El primero advirtió que Cataluña estaría mejor financiada que Andalucía, ya que aquella recibiría 3.850 millones de euros y esta, con más población, solo 1.750 millones. Además, pidió una revisión del modelo, que Rajoy acometerá este año.
El segundo, ahora vicepresidente de la Junta y en un grave aprieto político, dejó claro que el sistema iba contra la convergencia andaluza respecto a las regiones más desarrolladas.
La Junta olvida las ayudas extraordinarias
Por ello, no tiene en cuenta los 10.700 millones procedentes del Fondo de Liquidez Autonómica a la Junta: 2.793 millones en 2012, 4.524 millones en 2013 y 3.383 millones en 2014. Tampoco anota los 4.074 ingresados en la región por el Plan de Pago a Proveedores. En la primera y segunda fase del plan fueron 2.696 millones y en la tercera fase 2.278 millones.
Igualmente hace con los 3.646 millones recibidos por Andalucía mediante otros mecanismos, como los adelantos a cuenta del sistema de financiación autonómica.