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¿A qué juega Rajoy?

Hasta la prensa más afín está desconcertada con las formas del presidente del Gobierno.

La última trastada del presidente del Gobierno dejando al PP con un palmo de narices este lunes al no anunciar el candidato a las europeas tiene desconcertados hasta a sus más incondicionales seguidores.

"Rajoy despista al PP con el candidato europeo y le pide que se vuelque en la calle", dice La Razón. "Unos interpretan que retrasa el cambio de Gobierrno; otros, en Moncloa, empiezan a descartarlo", pero ninguno tiene ni pajolera idea de lo que está pasando. "La plana mayor del partido llegó ayer al Comité Ejecutivo confiada en que por fin conocerían el nombre de su candidato europeo y se marchó sin nada". Dolores de Cospedal dijo que "Rajoy tomará la decisión cuando le convenga más hacerlo", que traducido al lenguaje de los mortales significa que lo hará cuando le dé la real gana, que para eso es el jefe. La periodista C. Morodo ha tanteado a Moncloa y allí le han dado la pista que "más se ajusta a la realidad. 'Pues tal cual es él'". ¿Previsible? Creo que es como se definió a sí mismo.

El Mundo resalta que "barones del PP critican a Rajoy por no designar ya candidato a las europeas". "Mariano Rajoy desoye a sus barones y aplaza sine die el nombramiento", dice C. Remírez de Ganuza. "Y lo hace, además, desmintiendo las expectativas creadas por él", porque yo lo valgo. "La crítica al manejo de los tiempos de Rajoy era ayer clara". Y la palabra magistral desapareció como por ensalmo. Raúl del Pozo tiene una explicación. "El dux (líder) de Génova nos ha dejado atónitos al callarse el nombre del candidato (…) Qué buen discípulo de Richelieu. Ha aprendido a no decir sino lo necesario y cuando es necesario. Esta vez ni se lo ha dicho a su cuadrilla".

El País corrobora el cabreo del PP con la última travesura de su líder. "Rajoy atrasa otra vez el candidato europeo y descoloca a los suyos". "Varios barones mostraron prisas fuera, pero en la reunión nadie dijo nada". Cualquiera diría que, además de caprichoso, es un ogro. Según F. Manetto y C. E. Cué insinúan que más que de Richelieu, es un buen discípulo de Calígula. "Una demostración más del poder absoluto del que disfruta el líder del PP, que puede decidir quién es el candidato y cuándo lo anuncia sin consultar con nadie y sin avisar a nadie. Y ningún dirigente se animará a criticarle públicamente por ello".

"Rajoy mantiene la incógnita sobre el candidato del PP al Parlamento Europeo", dice ABC sin mojarse ni un poquito. "Rajoy no está dispuesto a que su agenda política se la marquen otros", quién se habrán creído los del PP que son para opinar. "Él decide los tiempos y él elige el momento oportuno para anunciar quien sí y quien no será candidato en las listas de su partido". Que para eso su excelencia es el dueño del partido. Jaime González le dedica su columna a sus vasallos. "Si Job hubiera tenido que sufrir el peso del silencio mariano, apuesto a que no habría sido santo. Porque una cosa es derrochar templanza para aguantar las perrerías del diablo y otra bien distinta tener que soportar, sin perder los nervios, la desesperante cachaza de la que hace gala el presidente del Gobierno", dice con dulzura.

La Vanguardia está tan impresionada que le dedica la apertura de su sección de Política con un titular a cinco columnas. "Rajoy desconcierta al PP al dilatar la elección del candidato europeo. El presidente ordena iniciar ya la precampaña y movilizar a todo el partido". "Los tiempos los marca Rajoy y no hay nada más que decir". Qué envidia ser tan tan independiente y nunca ceder a presiones de nadie. Claro que, a veces, es mejor no pasarse de frenada, que las borracheras de ordeno y mando tienen unas resacas malísimas y a veces se confunden con despotismo puro y duro.

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