Iñaki Gabilondo ofrece hoy la segunda parte de su editorial sobre el 11-M en su videoblog en la SER. Quiere dedicarlo a la "fractura social", a la "herida política" que provocaron los atentados. Comienza haciendo notar que la "primera herida se produjo horas después" de las explosiones "cuando la inminencia de las elecciones desplazó la atención de las víctimas a la política".
"Pasamos" dice, "de una concentración de emoción contenida, de solidaridad y de unión con las víctimas" a otra en las puertas de la sede del PP convocada por SMS, esperarán oír. Pues no. "A asistir a la mayor fractura que hemos conocido".
"Todavía no habían sido identificadas las víctimas" cuando ya se había convertido en "una enorme e inmensa bronca política. El 14-M devoró al 11-M" y a partir de ahí se produjo "una gigantesca herida social" provocada por las "disparatadas iniciativas del gobierno" y se "desplazó el foco de la atención" de las víctimas a la política, señala el que era director de Hoy por Hoy en la Cadena SER en esas fechas.
"Luego llegó la infame teoría de la conspiración", dice desplazando el foco de la atención de su editorial de las víctimas. "Hoy acabamos de volver a oírla, estamos todavía impresionados por eso. Hoy, hace unos minutos en una emisora de radio uno de esos conspicuos periodistas padre de la teoría de la conspiración estaba volviendo a hablar de lo mismo. Después de haber estado mucho tiempo diciendo esa frase infame de 'ETA tiene cogido a Zapatero por los vagones', hablando de ese secreto enorme de que PSOE y ETA habían organizado aquella matanza para cambiar la historia de España, se ha vuelto a decir esta mañana, ¡lo acabo de oír!", dice.
Tras recordar que iba a hablar de las víctimas, dijo Gabilondo que cree que "esa teoría" fue la que provocó la desunión. "Ese fue el castigo que se les infligió a consecuencia de esa barbaridad de teoría de la conspiración", cuyo "símbolo" es Pilar Manjón, víctima de "la más brutal persecución". No menciona Gabilondo que también es la autora de acusaciones como "Aznar asesino", es un "criminal de guerra" y el "inductor del asesinato" de su hijo.
Hoy "no es el día de la política, aunque algunos se sigan empeñando en clavar el mismo clavo provocando de nuevo sangre, provocando de nuevo dolor y tratando de provocar de nuevo desunión. No hay que permitirlo. Todos unidos en torno a las víctimas, que después de haber sido muchos años desplazadas por el veneno de la política, necesitan recuperar el gran protagonismo", concluye.
De nuevo, ni rastro de los calzoncillos.