Carme Forcadell, la presidenta de la "Assemblea Nacional Catalana" (ANC), se siente en el "punto de mira". Una semana después de que trascendiera la ponencia en la que esta organización diseña un escenario insurreccional y un golpe de Estado para tomar el control de las infraestructuras y proclamar la República catalana, su cabeza visible protagoniza una rueda de entrevistas en los medios soberanistas para presentarse como víctima de una conspiración y alertar sobre una hipotética ilegalización.
"Me siento en el punto de mira", ha declarado a TV3 Carme Forcadell, quien también aventó la eventualidad de la ilegalización, una sospecha que dejó caer en la entrevista del matinal de TV3 y que atribuyó a "la maquinaria del Estado". "Temo que la ANC pueda ser ilegalizada", dijo Forcadell, que no obstante admitió no tener constancia ninguna de que se haya pedido al Ministerio de Justicia que se investigue a esta entidad. La inquietud de Forcadell se justifica por unos comentarios en RAC1, la radio del grupo editor de La Vanguardia en la que el exdirector de ese periódico insinuaba que el Ministerio del que es titular Ruiz Gallardón barajaba tal hipótesis a tenor del contenido golpista de un texto que la ANC tiene previsto aprobar en una reunión en Tarragona el próximo 5 de abril. Antich no aportó ningún detalle, ni siquiera quién podría haber instado la presunta investigación, pero eso no ha sido óbice para la victimización preventiva de Forcadell.
La sensación de que les espían es otra de las obsesiones recurrentes del nacionalismo, que atisba agentes del CNI por doquier. La alusión al "punto de mira" también es frecuente en la fraseología de Artur Mas. En el caso de Forcadell, se produce un par de días después de saberse que los guardias de la sede de Convergència confundieron a un agente de paisano de la Policía Nacional con un espía y llamaron a los Mossos para que lo detuvieran. El precedente más antiguo de esta paranoia lo protagonizó el hombre de confianza de Mas, el consejero portavoz Francesc Homs, quien denunció que le espiaban porque un coche había permanecido aparcado todo el fin de semana frente a su segunda residencia, en una concurrida plaza de una localidad de la Cataluña interior.
Respecto al contenido de la ponencia, la versión de Forcadell coincide con la de los medios que la entrevistan. Todo es perfectamente democrático, todo pasa por las urnas y lo de tomar el aeropuerto "lo que la Asamblea dice es que se ha de visualizar que todo funciona y está controlado". Lejos de desautorizar la ponencia, Forcadell ha insistido en que "nosotros vemos la declaración unilateral como última opción" y ratificado el objetivo de que se produzca cuanto antes, a ser posible el 23 de abril del próximo año.
El contragolpe propagandístico de la ANC ha servido también para calentar motores de cara a los próximos despliegues asamblearios. La primera gran cita será el próximo 30 de marzo en Bruselas, donde se ha convocado una manifestación separatista. Después, el 5 de abril en Tarragona, donde se debe aprobar la "hoja de ruta" del golpe. El 23 de abril está previsto dar el pistoletazo de salida a la última fase del plan, que debe culminar con la proclamación del Estado independiente en doce meses. La Assemblea, explicó Forcadell, trabaja también con vistas a la movilización del próximo 11 de Septiembre y habría recibido ya doscientas propuestas de sus militantes, que van desde acampar en las plazas a rodear las instalaciones y edificios del Estado.
Para tranquilizar a quienes puedan sentirse intimidados, Forcadell ha prometido ante las cámaras de la televisión pública catalana que "cuando seamos independientes, las personas que hayan votado 'no' también vivirán mejor".