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El Supremo absuelve después de morir a un hombre condenado por robo con violencia

El ciudadano fue condenado sin que las pruebas de ADN fueran aportadas al juzgado antes de la vista oral.

El ciudadano fue condenado sin que las pruebas de ADN fueran aportadas al juzgado antes de la vista oral.

Se ha hecho justicia con él pero tarde. Tan tarde que no ha podido disfrutar de ella porque ya estaba muerto. El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia –con ponencia del magistrado Manuel Marchena- donde se absuelve a Antonio Guile Martínez de haber cometido un delito de robo con violencia e intimidación en mayo de 2010.

El hombre ha fallecido en prisión tras ser condenado por un juzgado de instrucción de Sevilla de forma injusta y después de que la Audiencia Provincial de Sevilla confirmase dicha condena por estos hechos. El Alto Tribunal afirma ahora en una sentencia que Antonio Guile era, en realidad, inocente.

Este ciudadano fue condenado por haber robado con violencia el bolso de una mujer que se encontraba el 29 de mayo de 2010 conduciendo por el centro de la capital hispalense en su vehículo. El atracador golpeó el cristal del copiloto con una piedra y mantuvo un forcejeo con la víctima en el que ambos resultaron heridos.

Gracias al forcejeo que se produjo en el interior del coche, el laboratorio de Biología-ADN de Sevilla extrajo restos biológicos que fueron analizados del autor de los hechos. Los resultados de ADN se aportaron al juzgado el 24 de octubre de 2012, cuando Antonio Guile Martínez ya había sido condenado por este atraco sin que estas pruebas determinantes fueran valoradas en la fase de juicio oral.

El hombre fue condenado en abril de 2011 a una pena de dos años y ocho meses de prisión por ser el autor de la agresión después de que la víctima lo identificase como el hombre que le robó su bolso con violencia.

Cuando un año y medio después el laboratorio remitió las pruebas de ADN al juzgado éstas no se correspondían con su perfil genético sino con el de un hombre que responde a las iniciales de A.A.B. "El parecido de ambas personas es evidente hasta el punto de que en la composición fotográfica que fue mostrada a la víctima en la Fiscalía, en la que aparecen las dos personas, la testigo mostró sus dudas respecto a ambos", explica el tribunal.

El Ministerio Fiscal recurrió en revisión la sentencia firme de la Audiencia Provincial de Sevilla mientras que el condenado cumplía condena en prisión. Mientras el Supremo resolvía el asunto Anotnio Guile falleció en el cárcel.

Ahora, en una nueva sentencia la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo estima ese recurso del fiscal ya que "la rotundidad del dato científico despeja cualquier duda que pudiera albergarse respecto a la autoría el perfil de sangre vertida en el coche en el momento de los hechos por el agresor no coincide con el condenado sino con otra persona" cuyas iniciales son A.A.B.

Antonio Guile murió en prisión sin poder demostrar que era inocente. El Supremo subraya que esta sentencia se encamina a "demostrar la inocencia del condenado ya fallecido, y a facilitar y asegurar un nuevo enjuiciamiento de la persona que ha resultado ser el auténtico y único autor de los hechos".

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