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Cristina Cifuentes "Yo no dirijo a pie de manifestación a los antidisturbios"

La delegada del Gobierno en Madrid le pide a la alcaldesa concreción en sus propuestas y reconoce que no ha hablado con ella tras el 22-M

Sobre la mesa baja contigua al despacho de la Delegada del Gobierno en Madrid hay dispuestas en una bandeja una docena de piedras que el entrevistador, entre ajeno y acomplejado ante las corrientes decorativas modernas y sin duda impresionado por el boato del palacete de la calle Miguel Ángel, confunde con un ornamento. Enseguida Cristina Cifuentes nos hará notar que son alguno de los adoquines utilizados por los delincuentes del 22-M, arrancados del boulevard de Recoletos, iguales a los que hirieron a un agente antidisturbios. Mientras nos ofrece café y muestra con orgullo los cuadros de Tintín dibujados por su marido entramos en materia sobre la polémica del momento, aunque también repasaremos las opiniones y la trayectoria de quien, a decir de los mentideros, tiene mucho futuro político...

Es indudable que la crisis del 22-M ha provocado un enfrentamiento entre dirigentes del PP, particularmente el que usted ha protagonizado con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Me dirá que no hay nada en clave de lucha política detrás de ello, pero entenderá que muchos lectores puedan pensar lo contrario.

Yo no estoy en ninguna otra cosa que no sea, exclusivamente, la gestión del día a día e intentar solucionar los problemas de los madrileños. No estoy en ninguna carrera y si alguien quiere utilizar cualquier situación puntual para establecer intereses electoralistas desde luego no seré yo quien participe de ese juego.

¿Ha hablado en las últimas horas con Ana Botella?

No, no me ha llamado por teléfono.

¿Y con el consejero de presidencia de la Comunidad de Madrid [CAM] Salvador Victoria?

Tampoco me ha llamado por teléfono. Con el que sí que hablo con frecuencia es con Ignacio González, el presidente de la Comunidad.

Lo que usted ha dicho sobre la alcaldesa, tras su propuesta de limitar las zonas de manifestación en la capital, es muy duro en términos políticos, la deja como una indocumentada.

En absoluto he dicho eso, para nada. Lo desmiento completa y radicalmente. Además es que no creo que lo sea, para empezar. Lo único que he dicho, a lo que me he referido es a la propuesta que ella... parece que tiene, y digo parece porque yo no la he recibido todavía. Estamos hablando de cosas que han aparecido en los medios. Yo no la conozco pero por lo que he leído parece una propuesta que afectaría no sólo a Madrid sino a otras grandes capitales que pueden tener una problemática similar, porque pueden tener una alta afluencia de turismo; que tienen también un patrimonio histórico que proteger... por lo tanto, esto supondría la modificación de leyes orgánicas y no quedaría en el ámbito de la CAM y de la Delegación del Gobierno, sino que habría que contar con el Ministerio de Justicia, al de Hacienda, al de Educación e incluso con la Federación Española de Municipios y Provincias. Me gusta alguna de las cosas que ha dicho Ana Botella pero insisto en que lo primero es verlas negro sobre blanco y luego trasladarlas a la instancia que corresponda. No quiero que quede ni sombra de duda de que yo jamás haya dicho o piense eso de la alcaldesa, todo lo contrario.

LD | David Alonso Rincón.

Salvador Victoria ha dicho que usted ha cambiado en ocasiones itinerarios de manifestaciones, en concreto se refiere a una contra la Reforma Laboral que se convocó en Neptuno, junto al Congreso, y terminó celebrándose en la Puerta del Sol, donde está la sede del Gobierno regional.

No se cambió por decisión mía, sino en aplicación de la legislación y de las sentencias judiciales. Era una manifestación que se planteaba en el entorno del Congreso en un día de pleno y hay una serie de sentencias que prohíben la celebración de manifestaciones en esas circunstancias y por lo tanto en esa ocasión fue una de las pocas que se trasladó al lugar más cercano al que habían pedido los organizadores. Es un caso muy particular, esto no es algo que pueda hacer yo arbitrariamente ni de manera habitual. El derecho de manifestación está protegido en el artículo 21 de la Constitución. Aprovecho esta entrevista para dejarle claro a sus lectores que, en contra de lo que se está diciendo, incluso por responsables políticos, las delegaciones del Gobierno no autorizamos manifestaciones, porque no están sometidas a autorización previa. No tengo capacidad legal para ello. Únicamente, y acogiéndome a ese artículo 21, puedo prohibirla cuando existan "razones fundadas de alteración del orden público con peligro para bienes o personas". Y eso siempre a criterio de los tribunales, que son los que deciden en última instancia. Quiero que quede claro: yo no autorizo las manifestaciones, simplemente tomo conocimiento de las mismas y no puedo cambiar su recorrido a mi antojo, por mucho que el consejero de presidencia diga lo contrario.

¿La presencia de observadores de la OSCE influyó en el dispositivo del 22-M? Hace unas horas se lo han preguntado en una entrevista radiofónica al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y se ha apresurado a decir que el dispositivo lo establece la Delegación del Gobierno.

Que yo sepa no. Las órdenes e instrucciones que yo di como delegada del Gobierno son las mismas que he dado siempre: que se utilizaran todos los medios antidisturbios, que son legales, para repeler cualquier agresión, y lo que siempre se le dice a los policías aunque ellos lo saben de sobra: que deben actuar bajo los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad. No hubo unas órdenes distintas por mi parte con respecto a ninguna movilización, y le recuerdo que en los últimos años he vivido ocho mil. Ahora bien, yo no dirijo el dispositivo, no estoy a pie de manifestación tomando decisiones sobre si un grupo de UIP [antidisturbios] debe ir en una dirección o en otra. Tampoco decido si hay un nombramiento o si hay un cese, eso no depende de mí, eso es competencia de la dirección general de la Policía. No me voy a enzarzar con nadie porque no quiero perder el tiempo, pero las responsabilidades quedarán establecidas en la investigación que ha abierto el Ministerio del Interior. Espero que sepamos cuanto antes sus resultados porque si hay errores hay que corregirlos.

La víspera del 22-M usted minimizó en una entrevista en esRadio las llamadas marchas de la dignidad. En concreto dijo que en la que partía de Toledo había sólo diez personas. No sé si se arrepiente.

Dije eso y dije más cosas. Era muy difícil prever la asistencia porque no dependía solamente de la gente que venía de fuera de Madrid, es verdad que en alguna eran menos de sesenta personas. Pero también dije, y lo mantengo, que la afluencia final iba a depender de quienes se trasladaban en tren y en autobús y, obviamente, de las personas residentes en Madrid. Me mantengo en todo lo que dije el viernes porque en ese momento era imposible la previsión, como en cualquier manifestación porque eso depende de la voluntad de los ciudadanos de acudir. Sí pensábamos que iba a ser una manifestación numerosa, y lo fue, pero una cosa es la manifestación en sí y otra las marchas.

Según diversas informaciones, en los actos violentos del 22-M es clave la participación de Resistencia Galega, que no es un grupo desconocido para las Fuerzas de Seguridad pero con el que ustedes no contaban entre los grupos que podían actuar violentamente.

A mi no me consta que Resistencia Galega haya participado. No quiero decir que no lo haya hecho, supongo que la Policía lo estará investigando. Lo que sí sé, por los informes policiales que recibí, es que había otros grupos muy radicales y violentos y que han participado en las movilizaciones de los últimos tiempos: Izquierda Castellana, las Coordinadoras Antifascistas, Yesca, los bucaneros... La Policía sabía que iban a ir estos grupos, pero la diferencia estriba, bajo mi punto de vista, en dos cosas: en otras ocasiones los radicales intervenían cuando ya se había terminado la manifestación, pero en esta ocasión no esperaron y eso dificulta de manera muy importante la intervención, y la segunda cuestión es que yo nunca había visto tal violencia y de tal intensidad. Eso tiene que llevar a replantearse la actuación policial, los protocolos, porque hasta ahora estaban centradas en un tipo de violencia radical y creo que esto ha superado las previsiones. Iban directamente a por los policías, como han demostrado las imágenes.

Volver a nacer un 20 de agosto

El próximo 20 de agosto se cumplen dos años de su accidente. ¿Cuándo se enteró de que se había producido una protesta de algunos profesionales porque usted ingresara en un centro público?

Cuando me subieron a planta y pude empezar a leer los periódicos.

Recientemente la número dos del PSOE y candidata a las europeas, Elena Valenciano, también tuvo una crisis de salud e ingresó en un centro privado, algo que también originó protestas.

Lo condeno radicalmente, es intolerable. Creo que cualquier persona tiene perfecto derecho a elegir el tipo de sanidad que quiere recibir. En mi caso fue especialmente injusto porque siempre he sido usuaria de la sanidad pública. Los servicios de emergencia me llevaron a La Paz y menos mal que lo hicieron, porque si no hubiese muerto seguro.

LD | David Alonso Rincón.

En la cuestión de fondo lo que parece indudable es que la CAM ha dado un paso atrás en la reforma sanitaria con la sustitución del consejero del ramo.

Eso es algo que tiene que explicar el Gobierno de la CAM. Yo entiendo que ellos han hecho ese relevo pensado en el bien de los madrileños.

Está muy de actualidad el caso de la niña de Treviño. ¿Usted cree que hay un problema de descoordinación entre las autonomías, que son las competentes en materia sanitaria?

Es evidente que lo hay desde el momento en que una niña muere y parece que eso no hubiese ocurrido si se la hubiera trasladado al hospital más cercano, que era el del País Vasco. Hay que tomar medidas para que ese tipo de cosas no se repita.

Una política forjada en Madrid

Ya sé que no quiere entrar en especulaciones, pero le pido un análisis de la situación, dada su amplia experiencia como diputada en la Asamblea de Madrid. Hay algunos datos importantes: se habla de encuestas internas del PP que advierten de la posibilidad de perder el poder en la CAM; Ignacio González, con el que acaba de decir que habla frecuentemente, ha alertado de la posibilidad de que PSOE e IU busquen un Tripartito con UPyD y es indudable que hay cuestiones como el revés en la candidatura olímpica que no favorecen precisamente las candidaturas de su formación. Ante ese escenario a nadie se le escapa que mediáticamente, internamente y socialmente se plantean quinielas ante un eventual relevo y su nombre, el de Esperanza Aguirre y como mucho dos o tres más son los que se manejan.

Yo veo todo eso en los medios. Debo decir que no me constan ninguna de esas encuestas de las que usted habla. Yo ni he entrado en ese debate ni voy a entrar porque no estoy en la carrera sucesoria de nadie, no tengo ninguna aspiración. El presidente de la CAM y la alcaldesa de Madrid están gobernando en situaciones muy difíciles y los militantes del PP tenemos que apoyarles.

Sobre lo del tripartito, y centrándonos en UPyD porque el PSOE e IU son fuerzas más arraigadas en Madrid. ¿No es una ironía del destino que un partido que nació para combatir a los nacionalismos periféricos haya terminado arraigando en una región que evidentemente no tiene ese problema?

En los plenos de la Asamblea, como se ve semanlmente, UPyD se alinea con el PSOE e IU.

Lo cierto es que desde que usted empezó a militar en política hasta ahora la CAM ha pegado un viraje político espectacular...

...yo empecé a militar hace tantos años, estábamos en la oposición...

...sí, Madrid era un bastión de la izquierda, algo que tiene raíces históricas obvias. Como digo, el cambio ha sido brutal, ustedes son muy fuertes en zonas de la región donde era impensable que llegasen a ganar como el Corredor del Henares, el sur...

...completamente, el cinturón rojo que se llamaba...

...ahora incluso tienen el ayuntamiento de ciudades del sur muy importantes como Getafe, Leganés o Alcorcón. En eso tienen un gran protagonismo Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre. ¿Cuáles son las claves de ese cambio en la sociología electoral madrileña?

Cada uno vivió una época diferente pero consiguieron hacer de la CAM un lugar donde el ciudadano tenía la impresión de que su Gobierno hacía cosas por ellos, los dos fueron grandes presidentes. Hicieron las mayores infraestructuras públicas que tiene esta comunidad, Gallardón inició el Metrosur y Esperanza Aguirre lo amplió y fue mucho más allá. A ella le debemos la implantación del inglés en la escuela pública, en los Institutos y la puesta en marcha de doce hospitales públicos y más de sesenta centros de salud. Se trata de una estructura verdaderamente necesaria. Hicieron grandes cosas por esta comunidad, especialmente Esperanza Aguirre.

LD | David Alonso Rincón.

La cara más oscura de estos años es la trama Gürtel, que se asentó en la comunidad aunque luego los imputados fueron destituidos por la dirección regional del PP. ¿Qué falló?

Si yo lo supiera...

...usted habrá tenido trato más o menos frecuente con alguno de los imputados...

...sí, tuve trato con alguno, porque en esa época yo llevaba la secretaría territorial del partido y tenía que tratar con alcaldes y en concreto lo hice con tres que luego fueron imputados. Mire, es muy difícil saber en ese momento que hay una persona, que es compañero de partido, que está participando en una trama corrupta. Yo creo que ese caso y lo de Bárcenas [Luis] ha sido un shock para todos los militantes, el darnos cuenta de que había compañeros que estaban utilizando su cargo para enriquecerse de manera ilícita. Me llena de indignación y supongo que lo que podría haberse hecho, y lo que hay que hacer ahora es extremar los controles. Creo que el Gobierno en ese sentido ha tomado medidas de todo tipo, como el aumento de penas en la reforma del Código Penal para los delitos que tengan que ver con la corrupción política; una mayor fiscalización de las cuentas; la obligación de comparecer de los tesoreros ante el Tribunal de Cuentas periódicamente; la prohibición de las donaciones anónimas...en definitiva, una serie de medidas que unidas a la Ley de Transparencia pueden ayudar a paliar estos casos que, lógicamente, generan una gran desafección en la ciudadanía.

Usted ha estado muy vinculada a cuestiones culturales en la Asamblea de Madrid. Siempre se le ha colgado el sambenito al PP de ser un partido en guerra con el mundo de la cultura, recientemente Alfredo Pérez Rubalcaba volvió a incidir en ese argumento durante una sesión de control en la que pidió a Mariano Rajoy una rebaja del IVA cultural.

Es verdad que existe una creencia instalada de que somos enemigos de la cultura, pero eso es falso. A veces se confunde cultura o intelectualidad con otro tipo de cosas que no tienen que ver tanto, como determinadas cosas que están más relacionadas con el mundo del espectáculo. Ojo, no digo que el mundo del espectáculo no sea cultura, pero me parece que ese concepto engloba más cosas. Yo creo que siempre ha sido una prioridad para el PP la política cultural, que también supone la protección patrimonial, por ejemplo, en fin, muchas cosas como le digo. Yo sí que estoy de acuerdo con la rebaja del IVA cultural como han planteado algunos presidentes autonómicos, entre ellos el de Extremadura [José Antonio Monago] Sería importante porque estimularía la producción cultural en nuestro país.

A lo mejor a los lectores más jóvenes les puede sonar muy lejano, pero hubo un tiempo en el que el PP ejercía la oposición a Felipe González y José María Aznar hizo muchos guiños a lo que se considera "cultura de izquierdas": elogiaba a Federico García Lorca, se encontraba con Rafael Alberti e incluso, en un terreno más político, reivindicó la figura de Manuel Azaña. Es un poco lo que los franceses llaman el rassemblement que Nicolás Sarkozy puso en práctica contratando a un escritor de discursos que venía de la izquierda o haciendo ministro de Exteriores a un socialista como Bernard Kouchner. Le pregunto si cree que hay que recuperar algo de ese espíritu y, más allá incluso, si España aceptaría un gran pacto de Estado como el que se ha realizado en Alemania entre la CDU y el SPD.

Primero creo que la cultura no se debería politizar, no debería haber una cultura de izquierda u otra de derecha. Ni tampoco se debería hacer política desde el mundo de la cultura, como se ha hecho en algunas ocasiones. A mí, si me gusta un poeta me gusta independientemente de sus opciones políticas, lo mismo le digo de un cineasta. Sería muy triste que uno sólo pudiera leer a literatos con los que coincide ideológicamente o ver películas de directores afines...a mí me encantan muchos cineastas españoles y extranjeros de los que estoy en las antípodas.

En cuanto al otro aspecto que apuntaba yo creo firmemente en los grandes acuerdos sobre cuestiones concretas, no en todo claro porque los partidos representamos opciones distintas. El ciudadano de pie no entiende la refriega permanente en temas como la unidad de España, la lucha contra el terrorismo o la política de inmigración.

Es evidente el descrédito de la clase política actualmente. Entre otras cosas se le achaca falta de formación o falta de vida al margen del partido. Usted es licenciada en Derecho y funcionaria del Cuerpo Superior de la Complutense ¿es una tabla de salvación?

Más que una tabla de salvación yo soy profesional de la universidad y volveré a ella, porque la política debe ser una actividad temporal. Es verdad que es una temporalidad a veces larga por circunstancias de la vida. Yo creo que cualquiera que participe en política debería tener una profesión. Volveré a la universidad, que además es un mundo que me encanta.

Pero mucha gente piensa que alguien que, como hemos comentado, puede tener futuro político; que ocupa un despacho como en el que estamos; que está acostumbrada al boato de lo institucional no volverá a, por ejemplo, negociar las vacaciones con un compañero de departamento.

Cualquiera que me conozca sabe que soy exactamente la misma persona que hace veinte años cuando era ciudadana de a pie. Tengo la cabeza muy asentada y sé que esto es un privilegio temporal. No estar en este despacho tan bonito, porque trabajaría exactamente igual en cualquier otro, sino el ejercer una responsabilidad que es importante, que me gusta, y en la que creo que se presta un servicio importante a los conciudadanos, ese es el privilegio. Para mí no será un problema volver a la universidad. Uno no es más ni menos por ocupar un cargo político, yo no tengo ese problema.

¿Cuántas veces le dicen sus asesores que no se implique tanto en las redes sociales?

Sí, me lo han dicho. Yo creo que es un buen elemento de comunicación con los ciudadanos, en Twitter llevo muchos años, ahora estoy menos básicamente por una cuestión de tiempo, porque trabajo doce horas al día de media. Intento aprovechar algunos ratos libres, pero no es como antes. Creo que es importante la presencia en las redes sociales aunque también tienen un lado negativo, porque mucha gente se esconde en el anonimato para insultar, los famosos troles que existen. Yo me quedo con la parte buena, con la gente interesante que hay y me parece que es una herramienta interesante para los políticos, para que conecten con lo que mucha gente piensa. Fíjese si me gustan que sigo ahí pese a los brutales insultos que recibí cuando tuve el accidente y estos días después del 22-M, que ha sido tremendo lo que he tenido que leer: que me monte en la moto, que por qué no me he muerto...en fin, insultos y amenazas de todo tipo y condición. Pero no me van a echar de las redes esos intolerantes.

LD | David Alonso Rincón.

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